Es usual ver en el centro de la ciudad o a la salida de algunos centros comerciales cajas de cartón con más de un cachorro esperando por su nuevo dueño.
Sin importar la raza, a esa edad, los perros son irresistibles para pequeños y adultos.
Motivada por el precio y la belleza del canino, más de una persona se decide a tener mascota, sin contemplar las garantías que puedan ofrecerle por el animal.
Después de tenerlo en casa, es posible que se manifiesten enfermedades, que para ese entonces con la familia ya encariñada, termina saliendo caro.
"Una persona compra un perro por 300 mil pesos y finalmente sale comprando un perro por un millón" cuenta la veterinaria Gladys Quintero, del centro Sonrisas Caninas y Felinas.
Comenzando por la consulta, los exámenes, medicamentos y en algunos casos la hospitalización terminan costando dos o tres veces más que el valor del perro.
La situación, según la veterinaria, se repite además en algunos criaderos, por lo que la asesoría es fundamental.
Sucede que a la persona sin saberlo le venden un perro de ocho días de nacido como si tuviera tres meses y "antes de destetarlo deben haber pasado 30 días como mínimo".
"A esa edad no ha ganado las suficientes defensas, ni tiene la inmunidad adecuada para afrontar el mundo externo, son perros que lo que primero que van a adquirir son enfermedades como el moquillo y parvovirus" agregó su colega Andrea Mejía .
El animal, advierten, se lo deben entregar desparasitado y con las vacunas de parvo y corona.
Sin embargo, dijo Quintero, "yo recomiendo volverlo a desparasitar y a vacunar de nuevo".
Pero ¿cómo saber si le están vendiendo un perro sano? Para decidirse, explicó, entre otras condiciones el cachorro debe estar activo, que camine o corra. "Un cachorro sano es activo todo el tiempo, no adormilado".
Es necesario observar además que su pelaje sea brillante, que no se les toque las costillas, que no tenga ningún tipo de secreción en ojos, nariz o cola, que sus encías no estén pálidas y que ya tenga erupción de dientes.
Sus heces además deben ser duras, lo que indica que ya fue destetado de su madre y ya come sólido.
La diarrea indica además la presencia de parásitos.
No se confíe. Si después de verificar estas señales sigue con dudas, consulte a un veterinario.
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