Con el fin de exigir el fin de las jornadas extensas laborales, los contratos sin prestaciones sociales, los contratos verbales y los bajos sueldos, un grupo de empleadas del hogar en Medellín de origen afrodescendiente conformaron el primer sindicato gremial.
Por lo menos 28 trabajadoras domésticas afrocolombianas, la mayoría desplazadas hacia Medellín desde el Chocó por el conflicto armado, son las que integran este sindicato, informó la Escuela Nacional Sindical.
Este sindicato pide que las trabajadoras domésticas tengan prima de servicios, normalizar las jornadas laborales y recibir pagos por el tiempo extra trabajado.
La Corporación Carabantú realizó un estudio entre 182 empleadas de raza negra en Medellín, la cual indicó que estas mujeres tienen pocas posibilidades laborales y provienen del 88,1 por ciento de los casos a los dos estratos sociales más bajos del país.
Esta agrupación de empleadas exigen además una inspección laboral en los hogares en los que trabajan, pues el 85,7 por ciento tiene un contrato verbal, reciben sueldos inferiores al salario mínimo, y además no cuentan con garantías laborales.
El estudio además indica que el 33 por ciento recibe cesantías el 47,6 por ciento tiene vacaciones y el 21,4 por ciento está afiliado a pensiones. Y el 54,8 por ciento de las mujeres consultadas reconocieron sentirse discriminadas en el trabajo por su color de piel.
Por último, esta agrupación de mujeres pidió que el Gobierno haga seguimiento del estado de empleo de las trabajadoras domésticas y presente reportes periódicos a la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
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