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Los 50 años del libro "gordo" de Medellín

07 de marzo de 2009
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Sobre una portada carcomida por la humedad se puede ver una leyenda que ya cumple 103 años: Primer directorio general de la Ciudad de Medellín, 1906, por Isidro Silva.

Juan Kalb, un alemán que llegó para trabajar como importador de café en el 52 y se quedó por amor a la ciudad, es el dueño de este curioso ejemplar. Es un libro de 249 páginas, hecho en 1906, en el que además de datos generales de la ciudad y de la historia, se pueden observar las direcciones de los pobladores de aquel año.

En el prólogo, Isidro les ofrece disculpas a los lectores porque el libro debía salir en 1899, pero debido a la guerra de los Mil Días, la cosa se atrasó, pero que "he tenido la voluntad y perseverancia para hacer lo que mis limitados alcances me han permitido hacer, toca a sus habitantes (los de Medellín) resolver cómo corresponderán a tan espontáneos esfuerzos".

Y desde allí se deja leer un libro que trae, además, como anexos, un plano de la ciudad en ese entonces, que no pasaba de Otrabanda y la nomenclatura de Medellín.

Se pasa por la historia de la fundación, la consagración episcopal del segundo arzobispo de Medellín, Manuel de José Caicedo, una reseña sobre la Compañía Antioqueña de Chocolates Chávez, hasta llegar, en la página 3 de la segunda parte, a las direcciones, que comienzan con Abad Salvador, quien vivía en la calle 11 con la 10, y finalizan 179 páginas después con Zuluaga Tobías, empleado público quien vivía en la carrera 13.

Y anticipándose a las páginas amarillas, un listado por profesiones y oficios: Aplanchadoras, cocheros, comadronas, enfardeladores, enflecadoras, gendarmes, pendolistas, sirvientes, entre otros.

"Es extraño, pero no me he encontrado con otros ejemplares. Lo que más me llama la atención de este libro son los avisos de los negocios de aquel entonces", explicó Juan Kalb.

Cierto. Los avisos son un homenaje a la creatividad cuando sólo existían los linotipos para vender un producto. Por ejemplo, "Juan Bautista Henao, Medellín, carrera 8 (Bolívar) Número 80. Por telégrafo: Negro. Surtido completo de Cacharros".

Otro bien llamativo: "Economía Mineros. La Dinamita Carlite, es la más barata de la plaza y posee una fuerza efectiva igual, por lo menos á (sic) la mejor hasta hoy conocida. Si usted duda, lea los certificados y lleve muestras gratis". ¡Qué tiempos aquellos!

Juan envuelve el libro en un paño gris y lo guarda como un pequeño tesoro, "es mucho lo que ha cambiado la ciudad, mucho", concluye.

53 años después
Aunque se publicaron algunas ediciones posteriores, no fue hasta 1959 cuando Medellín tuvo un directorio telefónico, hecho oficialmente por las Empresas Públicas de Medellín con la ayuda de una empresa que comenzaba a surgir, Publicar.

Cincuenta años después, la gente aguarda cada año que le renueven ese libro gordo, que muchos califican de aburrido, pero que al lado de la Santa Biblia no puede faltar en los hogares antioqueños.

"Anualmente distribuimos 900 mil directorios por toda la ciudad. Ese es el trabajo más difícil de hacer, esto de los directorios", afirmó Juan Guillermo Sierra, gerente de Publicar S.A.

Y por el auge del 113, que recibe diariamente 60 mil llamadas, el directorio de páginas blancas se reparte cada dos años. El de las amarillas no puede faltar a su cita anual.

"Medellín es la ciudad que más consume los bonos promocionales, en especial los de comida y moteles, en todo el país. Aquí se mueve muy bien el negocio", afirmó Sierra.

Cosas para contar, muchas. Una noche, después de recoger el viejo directorio y entregar los nuevos, en la entrada de Publicar estaba una familia completa. "Se nos quedaron 4 mil dólares en el directorio. Los necesitamos", fue la lacónica petición. Diez horas después de buscar en las decenas de directorios, hallaron su dinero.

"El directorio hace parte de la cultura de una ciudad, y más de una ciudad comercial y tan familiar como la de Medellín", dijo Sierra.

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