La batalla, en esta ocasión, es más pareja. Basta de recibir golpes, ser tumbados, aporreados y vilipendiados, ahora el sable láser lo desenfundan los cerdos.
Porque esta vez no solo hay que ser Luke Skywalker con pico. Star Wars II, la nueva entrega de la saga Angry Birds, de la firma finlandesa Rovio, permite escoger el bando, así que se puede jugar con Darth Maul, Darth Vader, Count Dooku, el General Grievous o el propio Emperador Palpatine, al que le prestó su voz el actor Ian McDiarmid, quien lo interpretó en los episodios IV, V y VI de la saga cinematográfica.
Angry Birds Star Wars II llega un año después del lanzamiento de esa primera entrega, donde los protagonistas eran Luke Skywalker, Obi-Wan Kenobi y Han Solo, entre otros, un juego con millones de descargas en iOS, Android y otros sistemas operativos, tanto en dispositivos móviles como en PC.
"Rovio ha sido muy inteligente en su estrategia de mercado", opina el director de C2 Game Studios, Camilo Gómez.
"Creo que uno de los puntos mas importantes de esta secuela es la alianza con Hasbro para el lanzamiento de los Telepods y juguetes", agrega Gómez.
Porque más allá de los nuevos personajes, los nuevos niveles, los nuevos poderes, la apuesta de Rovio está en esa opción que permite "teletransportar" las figuras de acción reales a la aplicación con la ayuda de un dispositivo llamado Telepod con el que se pueden llevar nuevos protagonistas a la pantalla de los dispositivos (tabletas o teléfonos) con iOS, Android y Windows Phone 8, en los cuales correrá la aplicación.
"Esta movida (los Telepods) le permite a Rovio monetizar mucho mejor el juego de una manera similar a lo que hace Skylanders de Activision o Infinity de Disney", apunta Gómez.
El verdadero enemigo
Para el community manager de Eafit, Manuel Alejandro Gómez, el verdadero enemigo de los enojados pajarracos no son los cerdos, sino la moda.
"A Angry Birds les pasó su momento. Fue el más popular, el más descargado, pero la fiebre fue bajando y su lugar lo ocuparon otros juegos, como Candy Crush", opina.
Es, sin embargo, un juego que ofrece retos "y te pone a pensar", opina el ingeniero Carlos Oquendo. "Ahí está su encanto, en esa capacidad de ponerte a calcular el cómo y el cuándo lanzar un pájaro con una cauchera".
Lo que falta es probarlo, y como invita el propio emperador cerdo, unirse al lado cerdo de la fuerza.
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