La primera vez que la vi fue en medio del tráfico de las seis de la tarde. Estaba lloviendo. No le presté mucha atención. Parecía una pancarta más de las que cuelgan de los postes del alumbrado anunciando un concierto o un proyecto inmobiliario. La luz del semáforo cambió muy pronto y la frase era un poco larga, pero en mi mente quedó grabado un nombre. Estaba en la llamada Milla de oro, la avenida que atraviesa el corazón de El Poblado. Me dije para mis adentros que estaba equivocado. Pensé en regresar, pero ya no podía cambiar de carril. El tráfico estaba muy difícil. Me puse a mirar a través del vidrio empañado los nuevos edificios: bancos, hoteles, centros comerciales, oficinas, supermercados, tiendas especializadas, casinos. Todos ellos se han levantado a lo largo de la avenida, a una velocidad de vértigo, en el mismo lugar donde antes había un bosque.
A los pocos días volví a descubrir la pancarta en medio de un montón de avisos. Estaba en la fachada de un edificio de cemento gris, de siete pisos de alto, que parecía abandonado. El letrero decía: "Esta propiedad no fue de Pablo Escobar". Me quedé mirando la fachada de arriba a abajo. Era la misma. Entonces el edificio apareció como una foto olvidada en mi memoria. Era la década de 1980. Decían que iba a ser un hotel. Decían que iba a ser un centro comercial. De repente quedó abandonado, a menos de cien metros del Centro Comercial Oviedo, uno de los más tradicionales de Medellín. Parecía un barco varado en medio de los nuevos edificios que se levantaron en la última década a lo largo y ancho de la avenida, desde el Parque de El Poblado hasta La Aguacatala.
Recordé una venta de flores en el pórtico. Perros callejeros durmiendo en los pisos vacíos. Gente de la calle asoleando su ropa en las ventanas de los pisos altos. Para los transeúntes, en esa época, el edificio abandonado se volvió un enigma, un elefante blanco en mitad de la Milla de oro. Después, un edificio con fantasma.
Durante varios días traté de averiguar su historia. Parece que los edificios con fantasmas no la tienen. Sin embargo, encontré una noticia en el periódico Vivir en El Poblado . El edificio se llama Torre La Loma. La empresa constructora abrió su venta en 1986. En 1987 el mercado inmobiliario entró en crisis. A fines de 1988 la obra fue abandonada por falta de capital. Un grupo de copropietarios se unió para salvar el proyecto, pero halló que la empresa había vendido más del 100% del edificio. "Cuando se trató de entregar a cada comprador lo que le correspondía, nos dimos cuenta de que había un 107% vendido" dijo Cristina Trujillo al periódico.
Como no se podía independizar cada unidad, se escrituró la totalidad del proyecto en cabeza de los propietarios. Luego, en la crisis económica del 91, empezó a correr el rumor de que el edificio era de Pablo Escobar. Esta situación ahuyentó a posibles inversionistas. Los dueños se vieron obligados a suspender otra vez la obra. El edificio quedó sin vigilancia. Cuando los propietarios se dieron cuenta, ya estaba desvalijado.
A partir de entonces, trataron de establecer una fiducia que administrara y terminara el proyecto. Pero un grupo de 1.8% de los propietarios nunca aparecían o no se conocían. Esto impidió terminar el proceso. Después de 15 años, los restantes tomaron la decisión de entregar ese porcentaje al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. La fiducia fue aprobada hace un año.
Esta semana regresé al edificio. Mientras buscaba dónde estacionar el carro pensaba en las definiciones de fantasma que hallé en un diccionario: "Visión quimérica como la que ofrecen los sueños o la imaginación calenturienta. Imagen de una persona muerta que, según algunos, se aparece a los vivos. Imagen de un objeto que queda impresa en la fantasía. Supuestos espíritus o almas desencarnadas que se manifiestan entre los vivos de forma perceptible principalmente en lugares que frecuentaban en vida, o en asociación con sus personas cercanas. Almas en pena que no pueden encontrar descanso tras su muerte y quedan atrapados entre este mundo y el cosmos". La pancarta había desaparecido. Estaban reparando la fachada. En la entrada habían instalado puertas de vidrio. En el primer piso habían abierto un almacén de motocicletas alemanas. El resto estaba vacío.
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