El maestro Benigno, el Mono Nuñez, le dejó a su municipio Ginebra, en el Valle, la herencia preciada de su música, sus composiciones y un museo que lleva su nombre.
Un municipio en el que la música es razón de ser, una suerte de impronta que lo identifica una vez el visitante atraviesa sus calles, y aprecia la música que asoma desde sus conservatorios.
Por eso resulta tan lamentable el asalto de varios encapuchados a la finca museo Belén, donde nació y creció el maestro, y de donde se llevaron una guitarra que le perteneció.
Es una reliquia de alto valor moral para los habitantes de Ginebra, elaborada de forma artesanal, y considerada patrimonio de la región.
Autoridades y gestores culturales se esfuerzan por mantener viva la memoria del Mono y su legado a través del Festival, mientras los asaltantes maltratan su figura y herencia.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4