Tener moto no es solo aprovechar las ventajas de agilidad, economía y ahorro en el tiempo de los desplazamientos.
También es la responsabilidad por hacerle un buen mantenimiento que garantice su correcta operación y la seguridad.
Limpieza de la bujía: este elemento, imprescindible para que la moto pueda cumplir su función, está sometida a un fuerte uso en condiciones de alta temperatura que la llevan a ensuciarse. Para limpiarla es muy útil contar con un cepillo de alambre y una pequeña cuchilla para quitar los residuos de suciedad que pueden evitar que cumpla su papel.
Revisión del filtro de aire: lo más aconsejable es revisarlo cada mil kilómetros o cada dos o tres días si el terreno es muy polvoriento. Si se trata de un filtro húmedo se puede lubricar con aceite 20W50. Para lavarlo se debe utilizar agua y un jabón suave, no abrasivo.
Cambio de aceite : esta operación en las motos se debe realizar cada mil kilómetros. El proceso de revisión del aceite debe hacerse con la motocicleta en una posición vertical, ojalá fría (en la mañana antes de prenderla).
Presión del aire en las llantas: es una de las revisiones fundamentales, ya que las llantas en buen estado garantizan estabilidad, maniobrabilidad y bajo consumo. Se hace cada mil kilómetros.
La presión, en la mayoría de motos debe ser 22 libras adelante y 28 atrás. En las scooter 28/28.
Tensión de la cadena: se revisa cada mil kilómetros y se acompaña de lubricación con aceite especial. El juego libre de la cadena debe ser entre 20 y 30 milímetros. Embrague y frenos: déjelos a los especilistas. Lo que sí puede hacer el usuario es verificar que los juegos libres de las palancas accionadoras no superen los 3 milímetros.
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