George W. Bush se despide de la presidencia de Estados Unidos con el índice de favorabilidad más bajo que ha tenido un presidente en las últimas décadas. A su baja popularidad se une que deja a la Unión en el momento en que se da la mayor crisis económica desde la gran depresión de la década de los treinta. Esta época no será recordada positivamente por las próximas generaciones.
En el plano internacional tampoco le va nada bien al presidente Bush porque fue el líder de una política radical contra el terrorismo que condujo a su nación a guerras que tuvieron una precaria justificación, cuyo final es incierto. El manejo del conflicto con el mundo árabe, luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001 será uno de los grandes debates de la historia. ¿Habría sido mejor una política de acercamiento de culturas que buscan la paz y no una de retaliación que generó la polarización que precisamente buscaban los extremistas? Dos guerras sin salida en Irak y Afganistán son un legado cuestionable del camino escogido sobre el que el mismo presidente Bush reconoce errores.
Más allá de estas consideraciones, nos corresponde a los colombianos hacer una valoración sobre lo que para Bush representó nuestro país: el desafío más importante en el hemisferio americano para la democracia, la seguridad y el crimen organizado. Cuando llegó a la presidencia, los reportes del Departamento de Estado le indicaban que Colombia estaba cerca de adquirir la categoría de "estado fallido". Un año más tarde, cuando asumió el poder Álvaro Uribe Vélez, su posesión fue recibida en Bogotá con una lluvia de roquets sobre el Congreso y la Casa de Nariño.
Hoy, seis años después de estos hechos, el país ha recobrado en una muy buena medida su seguridad y es ejemplo en el mundo de la superación de una amenaza a la democracia por actores violentos. El presidente Uribe ha sido rodeado por el país y ha recibido el mayor apoyo y más alto reconocimiento registrado en la historia a presidente alguno. Su política de seguridad democrática contó con un aliado sin el cual difícilmente tendría el grado de éxito que ha tenido. Este fue George W. Bush.
Desde el inicio de su mandato, el presidente Uribe contó con la permanente asistencia técnica y económica del gobierno norteamericano en reforma a la Justicia, inteligencia, logística, derechos humanos, comercio exterior, entre muchos otros temas. George W. Bush fue un apoyo incondicional y permanente que acompañó al país en la superación de uno de los momentos más difíciles de su historia. Nobleza obliga. De esta deuda debemos ser conscientes los colombianos y el reconocimiento debería hacerse desde el propio gobierno.
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