Raimundo siempre se hace notar. Y no precisamente porque tenga una personalidad escandalosa o porque su tono de voz sea muy alto.
Normalmente, en época de reinado, no atiende a ningún medio de comunicación. Personas cercanas dicen que por el estrés se pone algo sensible y que prefiere estar alejado de los periodistas.
Sin embargo, hablamos con él en la sede del concurso: una casa de azulejos y pasillos estrechos, que están enmarcados por unas barandas blancas en madera que hacen que esta construcción parezca una casita de muñecas.
Allá, en el tercer piso, estaba Raimundo sentado. Impecablemente vestido, me extendió la mano y empezamos una entrevista que luego se convirtió en una charla entre dos personas para las que el Reinado Nacional ocupa parte de su vida.
Luego de tantos años como presidente del concurso, ¿de cuántas participantes es padrino?
"De algunas. Lo que sucede es que ellas son como mis hijas, cuando una se casa o tiene hijos me tienen en cuenta. Yo me siento como el papá de ellas y eso es lo que me lleva a estar tan encima de durante todo el proceso. Algunas veces escuchan al papá y otras veces no".
¿Entonces con ellas tiene los encontrones típicos de los padres con los hijos?
"Sinceramente no. Así como encontrón no. Hay puntos de vista diferentes y por eso yo tengo que dar los suficientes argumentos para poder convencerla de la decisión que se quiere y que se toma".
¿Qué tipo de padre es usted?
"Yo soy muy liberal; sin embargo, tengo unos códigos de conducta y disciplina porque las personas que no tienen disciplina en la vida, están perdidos".
¿El prototipo de mujer en el reinado ha cambiado con los años?
"Mucho. Es interesante, es la evolución que tienen las cosas. No solo ha evolucionado la belleza, sino también el comportamiento. Antes nunca se escuchaban esas palabrotas que se dicen entre ellas, pero bueno, así se tratan".
Antes eran mujeres más trozas, mujeres naturales...
"Anoréxicas nunca hemos tenido. Por otro lado, nosotros somos enemigos, en el buen sentido de la palabra, de las cirugías. Por eso hacemos propia la frase de Gabo cuando dice que las preferimos hechas en la cama que en el quirófano. Hace tres años venimos hablando de la belleza natural. Pero las cirugías no afectan la calificación del jurado".
¿Tiene usted un referente de reina en su cabeza?
"Pregunta difícil. Muchas personas reconocen a Paola Turbay, a Claudia Elena Vásquez, Susana Caldas y Paula Andrea Betancourt como referencia, pero una en especial, no".
¿Una mujer que es Señorita Colombia una vez, sigue siendo reina de por vida?
"En el Concurso Nacional de Belleza sí. La tenemos en el imaginario como la Señorita Colombia del año en que quedó, además la gente la sigue reconociendo".
Usted se preocupa mucho porque las reinas cuiden su imagen. ¿Qué sintió cuando vio a la exseñorita Colombia, Michelle Rouillard, posando desnuda?
"Mientras Michelle estuvo como Señorita Colombia fue un caso interesante. Es bellísima y cuando me dijo que se quería cortar el pelo, yo la apoyé. Cuando la vi en Soho pensé que eran unas fotografías bellísimas. Ese es su derecho y ella ya no era Señorita Colombia, así que es libre de hacer lo que quiera".
Muchos dicen que el Reinado Nacional ha bajado su calidad. ¿Qué opina de esto?
"El Reinado es un gran espectáculo de televisión. La gente sigue viniendo a Cartagena pero la ciudad ha crecido tanto que no se ven todos juntos en un mismo lugar. Mejor dicho, al reinado le queda mucho tiempo".
¿El Concurso se ha vuelto una función más comercial que social?
"Comercial es porque les damos todo a las reinas. Antes a ellas les costaba mucho venir y ahora no tienen que poner casi nada. ¿Cuál es el referente comercial del que ellos hablan?"
Todos los eventos son patrocinados.
"¿A qué actividad que no sea patrocinada va la gente? Si EL COLOMBIANO no tuviera publicidad ni siquiera saldría. Seguimos siendo una entidad privada sin ánimo de lucro y tenemos un referente social muy importante. Colombia todavía tiene interés sobre el Concurso Nacional de Belleza y sobre sus reinas".
¿Para dónde va el reinado?
"Va por el mismo camino de siempre. Tiene su filosofía social de vida fortalecida. Es un referente bello, integracionista, con profundo sentido de pertenencia, con su polo a tierra y con una siempre sostenida sensibilidad social".
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