El último informe de inclusión financiera de Asobancaria, divulgado ayer, señala que a marzo pasado, 62,4 por ciento de la población adulta tenía al menos un producto financiero en Colombia, es decir un crecimiento de 9,5 por ciento, al pasar de 17 millones a 18,7 millones.
Para el primer trimestre del año, 17,6 millones de personas tenían cuenta de ahorros, 1,4 millones, una cuenta corriente, y 5,2 millones, tarjeta de crédito.
El número de personas con cuenta de ahorro creció 8,6%, "consolidando a éste producto como el gran determinante de la inclusión", concluye el informe.
Pese al bajo crecimiento de la demanda por cuentas corrientes, los depósitos en las mismas aumentaron de manera sostenida en 58 por ciento entre 2006 y 2010. Algo similar pasó con los depósitos en cuenta de ahorro que crecieron 60 por ciento.
Los bancos nacionales siguen incorporando clientes al negocio, aprovechando la baja bancarización que hay en el país, una de las razones por la que tantas entidades internacionales han mostrado interés por entrar al mercado local.
Ejemplo de ello es que la relación de los ahorros frente al PIB alcanza 31 por ciento, mientras el promedio internacional es de 74 por ciento.
Según Asobancaria, las mujeres registran una mayor demanda por cuentas de ahorro que los hombres. En 2010 la diferencia por género fue de 1,4 millones, debido en especial al programa Familias en Acción, en razón a que cerca de 90 por ciento de los beneficiarios son mujeres.
En el ámbito empresarial, entre 2006 y 2010 el número de compañías con al menos un producto financiero creció 20 por ciento al pasar de 401.000 a 481.000. En el último año este crecimiento fue de 7 por ciento, lo que equivale a 30.000 nuevas empresas.
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