Abre faltando veinte para las ocho y cierra a las siete o siete y media. Si hay gente, se atiende hasta el final. Así es como don Roberto López Vásquez describe los horarios de su local, mientras se acomoda frente a la puerta del almacén para saludar a quienes pasan por el parque principal de Yarumal. A sus 94 años, mantiene la rutina de toda una vida dedicada al comercio, con el mismo humor y energía que lo han acompañado durante más de siete décadas de trabajo.
Antes de tener su propio negocio, Roberto trabajó durante veinte años en un almacén de telas llamado Colores dos mil, en pleno centro de Yarumal. Era empleado, ganaba 120 pesos mensuales y con disciplina repartía el dinero, sesenta los ahorraba, treinta los enviaba a su casa y con los otros treinta se daba pequeños gustos. “Así tenía que ser, porque uno no se puede gastar lo que no tiene”, afirma. 
Su historia empezó sin privilegios. “Fui muy pobre. Estudié en el colegio San Luis y allá me daban la comida. Éramos muchos y había que ayudar en la casa”, cuenta. Luego de prestar el servicio militar regresó al pueblo y volvió al mismo oficio, siempre rodeado de telas, hilos y compradores. Con los años pasó de empleado a socio, hasta que en diciembre de 1977 decidió independizarse y abrir su propio almacén, El Mejor Precio.
El nombre lo eligió con lógica y sentido comercial. “El otro negocio se llamaba El Mejor Almacén, y pensé que si ellos son el mejor almacén, yo soy el mejor precio”, dice entre risas. Desde entonces, El Mejor Precio se volvió parte de la vida de Yarumal. Ahí se compran uniformes escolares, telas, sábanas, ropa interior y camisas de marcas nacionales. Es un lugar que ha vestido por generaciones a buena parte del Norte antioqueño.
   
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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