Ella es un cohete que despega con destino lejano, más allá de las estrellas. Ella, Salomé Valencia López, 12 años y palabras precoces que recorren caminos físicos, robóticos, astronómicos.
Admira a Valentina Tereshkova, primera cosmonauta en ir al espacio; a Katherine Johnson, afroamericana que aportó sus cálculos a la trayectoria del Apolo XI; a Diana Trujillo, colombiana, líder de la misión Curiosity en Marte, y a Nadia Sánchez, creadora de la Fundación She Is, con la que motiva a miles de niñas y mujeres a hacer sus anhelos realidad.
Sueña con ser astronauta. En el colegio María Josefa Marulanda, en La Ceja, es la niña de la Nasa. Sus compañeras recuerdan el día en que llegaron hasta su salón las representantes de las fundaciones She is y Con Cora, para mostrarles a otras niñas lo lejos que
se puede llegar con el poder de los sueños. Es una de las 100 niñas que tuvieron clases virtuales con expertos del Space Center de Houston durante cuatro meses, tras ser elegidas en la convocatoria Ella es astronauta.
Ella es la creadora del videojuego Girls Power Game, dedicado a las tripulaciones que se aventuran por el espacio exterior y, en especial, a la misión Artemis y el cohete Orión, que llevará por primera vez una mujer a la Luna. El juego en 3D le valió ser una de las dos escogidas por el programa Ella es Astronauta para viajar en una inmersión académica al Space Center y conocer las experiencias de los astronautas en la preparación de sus misiones.
Ella, distinta, entre las caras sonrientes de sus hermanitas mellizas. La niña que leyó cada uno de los Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes, que narran las vidas de 100 mujeres extraordinarias. La que enciende el televisor para ver documentales de la Nasa. Salomé,
ese cohete que despega en un vuelo que apunta tan lejos como la lleven sus sueños poderosos de niña. Ella nos hace latir el corazón.