La temporada de fiestas se acerca con una paleta que redefine el lujo y la sobriedad. Después de años dominados por tonos intensos y saturados, la moda cierra este 2025 con un regreso a los matices que evocan calma, elegancia y conexión con la naturaleza. Así lo confirman las publicaciones especializadas Glamour y Vogue, que coinciden en que el próximo fin de año vestirá menos brillo y más sofisticación.
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El cambio comenzó meses atrás, cuando el rosa Barbie y el verde neón (símbolos de la euforia post-pandemia) empezaron a perder fuerza. En su lugar, irrumpen los tonos tierra, los cafés profundos, los verdes oliva y los rosas empolvados. Una transición que, según Glamour, marca “el fin del exceso cromático y el inicio de una estética más serena y madura”.
El protagonista indiscutible de la temporada es el marrón chocolate, que la revista española describe como “el nuevo negro”. Su calidez permite combinarlo con dorados suaves, beige o incluso con rojo borgoña, ideal para eventos nocturnos. En vestidos satinados, blazers de corte masculino o accesorios de cuero, el chocolate se consolida como el tono de elegancia silenciosa.
El verde oliva se posiciona como el color puente entre lo natural y lo urbano. Así lo destacaron las últimas colecciones de Fendi y Victoria Beckham por su versatilidad, pues combina con azules bebé, neutros o incluso con toques metálicos. Así que es erfecto para celebraciones diurnas o climas cálidos, donde la sobriedad no riñe con la frescura.