“El cantante de las Farc”, primer exguerrillero de ese grupo en ganar en las urnas una Alcaldía en Colombia, considera que su elección en el municipio de Turbaco Es un espaldarazo al acuerdo de paz firmado en noviembre de 2016.
Su nombre es Guillermo Enrique Torres Cueter pero también se le conoce como “Julián Conrado” o “El cantante de las Farc”, mote que recibió por su afición a interpretar y componer canciones de música vallenata con letras de corte social.
En total recibió 21.466 votos, equivalentes al 50,07 %, y derrotó en las urnas al candidato Leonardo Enrique Cabarcas, de Cambio Radical, que consiguió 13.681 papeletas correspondientes al 31,91 %.
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“Esta victoria de una persona que viene de la insurgencia es un gran ejemplo para el resto de municipios”, afirmó Torres en una entrevista con Efe en la que valoró que ese es “el mensaje de paz que el pueblo turbaquero está mandando para el resto de Colombia y para el mundo”.
Desvinculación de el “Cantante” con el Partido FARC
Torres no se postuló como candidato del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), en el que se transformó la antigua guerrilla después de dejar las armas en 2017, sino que lo hizo a nombre de la alianza de partidos de izquierda conformada por el movimiento Colombia Humana y la Unión Patriótica (UP).
“Este es uno de los espaldarazos más hermosos que se ha podido dar en Colombia al proceso de paz”, agregó el exguerrillero, quien explicó que su candidatura fue un “invento” de los habitantes de Turbaco y que no se postuló por el partido FARC porque ya no pertenece a ese movimiento.
El “error” del Partido Farc
El exguerrillero, que se presenta como un amante de la música, cree que el partido FARC cometió un error al mantener las siglas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
“Las Farcse llamaron así porque era una Fuerza Armada Revolucionaria de Colombia, por eso Manuel Marulanda (el fundador) le puso ese nombre. Ahora nació este nuevo partido y no es una fuerza armada, entonces si no es una fuerza armada ese nombre ya no le queda a esta nueva organización”, aseveró.
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Explicó además que “tampoco se trataba de un acróstico, se trataba de una nueva organización que nacía con una nueva calidad porque se había dado un salto de calidad, se pasaba de una forma de lucha armada a una forma de lucha legal, por lo tanto había que cambiar muchas cosas, entre esas el nombre”.