“Vamos a ver qué otro nuevo reto nos inventamos”, manifestó el antioqueño Javier Zapata después de ascender las 223 escalas de la Comuna 13 en 8 minutos y 14 segundos, el pasado fin de semana
Y es que para muchos deportistas, los récords representan la máxima expresión de su potencial. Alcanzar una marca legendaria significa haber llevado su cuerpo y mente al extremo, demostrando una capacidad física y mental superior a la de sus pares. Es la materialización de un sueño, la culminación de años de entrenamiento, sacrificio y dedicación absoluta.
Los récords deportivos no solo son un símbolo de victoria personal, sino también una forma de trascender en el tiempo. Los atletas que logran batir marcas históricas dejan sus huellas, inscribiendo sus nombres en los anales de la gloria y convirtiéndose en inspiración para las futuras generaciones. Sus hazañas son recordadas por décadas, incluso siglos, perpetuando su legado y asegurando un lugar especial en la memoria colectiva.
La lucha por los récords impulsa el progreso del deporte en su conjunto. Cada marca superada representa un nuevo desafío, una invitación a explorar nuevos límites de lo que es posible. “Los atletas que se atreven a desafiar lo establecido se convierten en pioneros, abriendo camino para que otros sigan sus pasos y eleven el nivel de la competencia”, dice Jonathan Bustamante, médico magíster en ciencias del deporte de alto rendimiento y entrenador mental.
“Para algunos deportistas, las marcas no solo se traducen en victorias personales o reconocimiento público. Son también una forma de expresar su pasión por el deporte, de llevar su rendimiento a un nivel inimaginable y de experimentar la satisfacción de haber dado todo de sí mismos”, agrega.
Con él coincide el psicólogo deportivo bogotano Francisco Arango, quien manifiesta que la búsqueda de marcas se convierte en una travesía personal, un viaje de autodescubrimiento y superación que va más allá de la competencia.
“La constante búsqueda de la mejora del rendimiento en el deporte también impulsa la innovación en diversas áreas. La tecnología, la alimentación, los métodos de entrenamiento y la preparación mental se ven constantemente optimizados en la búsqueda de alcanzar nuevas marcas”, explica.
Ambos especialistas reconocen que el romper récords en el deporte es una expresión de la ambición humana por alcanzar la grandeza. “Es una lucha por superar los límites establecidos, por dejar una huella imborrable y por inspirar a las generaciones venideras. Es la demostración de que, con esfuerzo, dedicación y pasión, los sueños más grandes pueden hacerse realidad”.
Los Guinness Records
Estas importantes menciones nacieron en un pub irlandés, en la década de 1950, durante una animada discusión entre cazadores.
Sir Hugh Beaver, director ejecutivo de la empresa cervecera Guinness, se encontraba en una fiesta de tiro cuando surgió la duda sobre cuál era el ave de caza más rápida de Europa. La acalorada discusión no pudo resolverse y Beaver, al presenciar este tipo de disputas frecuentes en los pubs, vio una oportunidad única.
Inspirado por la falta de un libro que resolviera este tipo de debates, Beaver concibió la idea de crear un compendio de datos y hechos que sirviera como árbitro en las discusiones de pub. De esta manera, nació la semilla de lo que se convertiría en el Libro Guinness de los Records.
Un libro para resolver disputas
En 1954, Beaver encomendó la tarea a los hermanos gemelos Norris y Ross McWhirter, investigadores experimentados de Fleet Street, quienes se encargaron de compilar la información para el libro. La primera edición, titulada “El libro Guinness de los récords”, se publicó el 27 de agosto de 1955, con un éxito rotundo.
Para la Navidad de ese mismo año, el libro ya se había convertido en un bestseller en el Reino Unido. Desde entonces, Guinness World Records ha trascendido las fronteras, convirtiéndose en una marca globalmente reconocida y una referencia indiscutible en cuanto a logros humanos.
Hoy van más allá de ser un simple libro. Se ha convertido en una organización multimedia que abarca programas de televisión, eventos en vivo y plataformas digitales. Su misión sigue siendo la misma: inspirar y motivar a las personas a alcanzar su máximo potencial, celebrando los logros humanos más extraordinarios.
Acá les mostramos algunos de los récords más insólitos y locos del deporte que están inscritos en los Guinness.
100 metros vallas con aletas
La mejor marca mundial en los 100 metros vallas con aletas de buceo la tiene el alemán Christopher Irmscher (foto). Consiguió un tiempo de 14,82 segundos en septiembre del 2008, mientras que en mujeres ese honor corresponde a la deportista de Nueva Zelanda Veronica Torr, con un tiempo de 18,52 segundos en China.
Rompió barrera del sonido en caída libre
El 14 de octubre de 2012, el deportista austríaco Félix Baumgartner logró una de las grandes gestas de la historia al realizar un salto de una altura de 38.969,4 metros, rompiendo ocho récords mundiales y la barrera de sonido (alcanzó la velocidad más rápida en caída libre 1.357,6 km/h).
El partido más largo de baloncesto
Este encuentro tuvo lugar en La Laguna (Tenerife), en octubre de 2008. El marcador final fue de 3.917 puntos frente a 3.564. Fueron 81 horas y un minuto jugando sin parar al baloncesto. Se logró con la participación de 24 jugadores en dos equipos que se fueron turnando.
6 goles desde tiro de esquina en un minuto
En marzo de 2019, el ecuatoriano Antonio Valencia y el italiano Matteo Darmian lograron ingresar en el libro de los Records Guinness. Los futbolistas alcanzaron el mayor número de goles desde el córner (tiro de esquina) en un minuto. Anotaron seis tantos.
50 metros sobre las manos con balón en las piernas
El 30 de abril de 2016 el chino Zhang Shuang recorrió 50 metros haciendo el pino con una pelota de fútbol entre las piernas en sorprendentes 26.9 segundos. Lo consiguió en la pista de atletismo de la China West Normal University, en la ciudad de Nanchong.