El año pasado, antes de volver a Medellín, los familiares de Magalie Pottier le preguntaron qué era lo que había tan especial en esta ciudad.
La piloto francesa de 26 años, quien ha venido de manera consecutiva a las tres últimas ediciones del Internacional de las Luces de bmx, les respondió a los suyos, regalándoles un libro con los encantos de la capital de la montaña y parte de la geografía antioqueña. “Miren, para que observen todo lo bonito que hay allá”.
La campeona mundial de bicicrós de 2012, durante estos años de venir a tierras paisas, aprendió a querer lo nuestro.
“Me fascinan las arepas, especialmente las de queso. El típico es mi plato preferido; los buñuelos y la natilla son verdaderas delicias”, cuenta la corredora, quien hoy vive en las afueras de París, en el centro de entrenamiento de bmx de Saint-Quentin-en-Yuelines.
Cuando su fortísima figura, los ojos verdeazules y el cabello negro se presentan en la pista, lo que se irradia es alegría y felicidad por parte de muchos de los pilotos de ambos sexos quienes se han hecho sus amigos.
Acá le sobran amistades, esas que la han llevado a diversos puntos de la capital antioqueña. De lo último que conoció fue la Plaza Botero y el Metrocable, además de haber visto in situ la Alborada desde todo lo alto del municipio de Envigado, en la pista de Distrito 26.
Magalie, por ese amor que irradia, pero que igual recibe, encanta por donde pasa, porque los bicicrosistas ven en ella un ejemplo a seguir. Excelente estudiante, quien avanza en el conocimiento de la Fisioterapia; una de las mejores pilotos de Europa, que se quita el sombrero ¡Chapeau! para resaltar a los bicicrosistas colombianos.
“Poder estar aquí es como una bella canción; recibo el cariño de todos. Lo que más me gusta es la gente, las luces de la ciudad y la pasión que aquí se siente por el bicicrós”, cuenta feliz.
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