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Roberto García Pantoja no habla mucho, hasta parece tímido, pero es sobrado en amabilidad.
Se siente tranquilo porque considera que ha cumplido un gran papel en el Internacional de Ajedrez Feria de Las Flores, del que, esperaba anoche, consagrarse campeón después de liderar el evento durante ocho jornadas.
Cerca estaba del título, pero tenía que doblegar al Maestro Fide, Alexis Vargas, de Colombia.
Roberto no se escapa a los que aprendieron esta disciplina en el colegio, porque en Cuba es política nacional que el ajedrez haga parte del pensum en los colegios.
“En mi país todos juegan ajedrez”, dice, como para certificar porqué salen tantos Grandes Maestros cubanos.
“El béisbol y el boxeo son los deportes insignia, pero el ajedrez juega un papel importante en las políticas de desarrollo del país, porque es una estrategia educativa y por eso el nivel es tan bueno. En Cuba, casi todos lo practican o tienen idea. Otros no lo desarrollan competitivamente, pero lo juegan”.
García, quien mueve las piezas desde los 10 años (tienen 25), decidió hacer de esta disciplina su forma de vida y por eso le dedica 5 horas diarias, tanto a su estudio como a mejorar en la parte física.
“Cuando lo tomas como una profesión se necesita planificar muy bien el trabajo. Hay que tener mucha disciplina si se quiere lograr un nivel alto y llegar a Gran Maestro como es mi sueño, además, de competir en Europa, donde están los grandes ajedrecistas”.
Él fue uno de los 481 deportistas de 10 países (España, Cuba, Venezuela, Ecuador, India , Estados Unidos, Panamá, Macedonia, Argentina y el anfitrión Colombia) que intervinieron en el torneo de Medellín.
Reconoce que el nivel en Antioquia es muy bueno y por algo hay destacados GM. “Cada vez me convenzo del gran nivel que hay acá, solo mire a David Arenas y Henry Panesso y otros chicos que vienen atrás, como Santiago Ávila y José Gabriel Cardozo, también Miguel Ángel Soto, aunque se ha quedado un poco. Pero el nivel es muy alto y lo demuestra la gran convocatoria del certamen”.
En el Internacional de Las Flores ha intervenido dos veces. “Puedo decir, sin miedo a equivocarme, que Medellín es una de las ciudades más hermosas, el carisma de la gente cautiva, es muy limpia y la calidad humana de sus habitantes es excelente”.