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Con voladoras, Marmolejo atrapa los frutos de su esfuerzo

El portero del Medellín está en su mejor momento deportivo, pero él ha venido escalando desde abajo.

  • Andrés Mosquera Marmolejo trabaja a diario para seguir mejorando. FOTO Juan Antonio Sánchez
    Andrés Mosquera Marmolejo trabaja a diario para seguir mejorando. FOTO Juan Antonio Sánchez
20 de octubre de 2021
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Voló de palo a palo, ahogó el grito de gol en varias ocasiones, vociferó durante el partido para mantener a sus defensores atentos y salió figura del clásico antioqueño en el estadio Atanasio Girardot. Esa actuación ha puesto al portero titular del Medellín, Andrés Mosquera Marmolejo, en boca de todos.

Pero para llegar hasta acá, a sus 30 años de edad, le ha tocado poner disciplina, trabajo, esfuerzo y sacrificio.

Hoy rememora su nacimiento en Carepa y su crianza en Urabá, región que le ha dado varios jugadores al fútbol colombiano, entre ellos Jhon Jairo Tréllez Luis Carlos Perea, Herman Gaviria, Francisco Cassiani, Elkin Murillo y Carlos Gutiérrez, por mencionar solo algunos.

“La región de Urabá es una zona muy especial y todos los que somos de allá le tenemos un gran cariño, me crié en un corregimiento de Turbo que se llama Nueva Colonia”, contó con orgullo Marmolejo, su segundo apellido que le ha dado más sonoridad.

Así mismo, recordó que luchó con el alma por esa oportunidad y que le gustaría que esa zona tuviera mayor apoyo para los jóvenes con capacidades para el fútbol que brotan a diario. “Por no encontrar una oportunidad se dedican a otras cosas, pero si contaran con más respaldo no se desperdiciaría tanto talento”.

La familia es inspiración

Marmolejo manifestó que su mayor impulso viene de su familia, la afición y el equipo en el que esté, en este caso el Independiente Medellín. “Agradezco a mi familia, la institución y la hinchada por el apoyo que siempre me han brindado hasta ahora, por todo esos momentos buenos y no tan buenos que hemos vivido. No ha sido fácil, pero con fe en Dios hemos salido adelante”.

No olvida ninguno de los pasos que dio para llegar a este momento. Recuerda que muy joven tuvo que alejarse de su familia para ir a probar suerte a la capital del país. “Mi primer equipo fue Alianza Platanera, ellos hicieron un convenio con Bogotá Fútbol Club y me dieron la oportunidad de irme a probar”.

Allí realizó los procesos de inferiores y sus atajadas lo llevaron a ser ascendido al primer equipo en 2007. Llegó como el tercer arquero y terminó como el titular.

Gracias a sus buenas actuaciones, el América de Cali puso sus ojos en él. El conjunto escarlata acababa de descender, pero eso no fue impedimento, por el contrario era un desafío mayor. Finalmente el técnico Eduardo Lara terminó llevándolo porque ya le había dado chances en los procesos juveniles de Selección Colombia y lo conocía perfectamente.

“Es una excelente persona, un gran ser humano, y gran portero. Lo conozco desde divisiones menores, lo llevé a la Selección y después al América. Tuvo la posibilidad de estar el Toulón donde fuimos campeones. Es alguien muy especial, creyente, tranquilo y que pasa por un gran momento”, así lo definió el técnico Lara.

El entrenador destacó su potencia en las piernas para impulsarse en sus voladoras. “Tiene gran saltabilidad para cortar los centros, es muy seguro. Me alegra que esté pasando por una excelente etapa en el Medellín”.

Competencia leal

En América estableció una sana competencia con Libis Arenas. Ambos se turnaron la titularidad, pero como le sucedió en Bogotá, Marmolejo terminó quedándose con la posición. Con los Diablos Rojos estuvo hasta 2013 y disputó una final del ascenso.

Marmolejo tiene dos referentes en Colombia: Róbinson Zapata y Agustín Julio. “Me gustaba vestirme como Agustín, compraba los guantes donde él los conseguía. Róbinson era un portero muy seguro y serio, y a nivel internacional me gustan Manuel Neuer, Marc-André ter Stegen, David Ospina. Siempre he querido llegar a ese nivel”.

Tiene sueños por cumplir

Asumió el legado de David González y hoy es una de las figuras del Rojo. No renuncia a sus sueño de jugar en el exterior. “Sería lindo estar en los clubes top del mundo, si se da la oportunidad bienvenida sea, porque anhelo ir a Europa o estar en un equipo grande de Brasil o Argentina”.

Por ahora, está feliz en el Medellín, club con el que termina contrato el próximo 31 de diciembre, pero la idea es renovarlo. “Estoy feliz, creo que vamos por buen camino, hemos tenido partidos para terminar mejor y no sufrirlos. Adelante nos falta ser más precisos y tener ese poder de resolución, generamos opciones y mantenemos el orden”.

Su próximo desafío será ante el Tolima, este sábado desde las 6:05 p.m. en el Atanasio. El club pijao le trae buenos recuerdos, pues fue ante ese equipo, el 11 de febrero en una definición por penaltis, que DIM se coronó campeón de la Copa Betplay, y él fue una de las figuras de esa consagración

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