Dicen que tras las derrotas todos son generales. Sin embargo, este Medellín que tuvo algunos puntos altos también mostró falencias que lo privaron de jugar la final. Acá 6 conclusiones.
El equipo rojo de Antioquia estuvo cerca de llegar a disputar su séptima estrella.
¿Qué le faltó para haberlo logrado?
Dicen que tras las derrotas todos son generales. Sin embargo, este Medellín que tuvo algunos puntos altos también mostró falencias que lo privaron de jugar la final. Acá 6 conclusiones.
El punto más alto que tuvo el club rojo durante todo el torneo fue su ataque y así lo demuestran las 36 anotaciones que marcó hasta acá. En ese aspecto fue superior a los dos finalistas: Nacional (25) y Tolima (26).
Muchos de los hinchas del Medellín justificaban su desgano de ir al estadio manifestando que la propuesta del técnico Ismael Rescalvo no los convencía, pero nada justifica que a un equipo con la opción de llegar a la final, solo lo hayan acompañado 18.000 personas. En ese aspecto la hinchada quedó en deuda.
Aunque el técnico español encontró soluciones al final de la Liga, la defensa del equipo escarlata fue una de las debilidades y pocas veces se sacó el cero. Para nadie es un secreto que el elenco debe reforzarse mejor en esa zona y darle continuidad a jóvenes como Jorge Segura para que se consolide.
Andrés Ricaurte fue el jugador que le dio el estilo al Medellín durante todo el semestre, pero no contó con el respaldo de otros futbolistas de los que se esperaba más como Daniel Cataño y Mauricio Gómez. Además Didier Moreno fue un hombre irregular en la campaña.
No es la primera vez que Medellín negocia jugadores en instancias definitivas y eso afectó el rendimiento del equipo como pasó con Yairo Moreno. Si bien los equipos viven de la venta de jugadores, a veces estos temas se reflejan en la cancha.
Pocas veces el Medellín repitió la nómina pese a haber tenido partidos muy buenos y cuando jugaba de visitante, cambiaba lo bien que lo hacía de local.