Al árbitro venezolano Yender Herrera, quien pitó las finales de la Liga de ese país, le quemaron su carro personas días después del partido en Maracay, la ciudad donde vive. El pasado 6 de diciembre, el juez dirigió en Valencia, la capital de Carabobo, el partido de vuelta entre el equipo de esa localidad y la Universidad Central de Caracas que definió el ganador del título.
No hay nada confirmado. Sin embargo, la Federación Venezolana de Fútbol emitió un comunicado en el que rechazó, de manera contundente, el ataque contra el juez. “Rechazamos de manera categórica cualquier acto de violencia o intimidación contra árbitros, jugadores, cuerpos técnicos o cualquier miembro de nuestro ecosistema deportivo. El arbitraje es una labor fundamental para el desarrollo del fútbol y quienes la ejercen merecen respeto, protección y garantías para cumplir con su trabajo. Ninguna inconformidad deportiva puede justificar comportamientos que pongan en riesgo la integridad de personas, sus bienes, ni el espíritu del juego”, dice el comunicado.