“¡Chapecoense no puede morir!”, es el grito de batalla que tienen todos en Brasil, después de la dolorosa tragedia del lunes cuando se cayó el avión, en que viajaban sus integrantes, en La Unión.
Por eso, el mundo del fútbol se ha solidarizado y ha puesto numerosas ofrendas, como dinero, jugadores y otros detalles para que la institución pueda superar esta situación triste.
“Hemos recibido ofertas concretas de ocho clubes. Estamos evaluando con la Federación Brasileña de Fútbol cómo proceder”, expresó Iván Tozzo, presidente interino del club de Chapecó.
Para alimentar los pocos elementos que quedaron en la institución, necesitan de la ayuda de los otros, además de promover a los juveniles. La materia prima escasea, pero hay ofertas. El club, además, necesitará una buena inversión económica para rearmarse, según comentó el presidente interino.
Mientras estén las intenciones, y el multitudinario soporte de los hinchas y los empresarios, Chapecoense resistirá en el ambiente del fútbol.