En un nuevo episodio que deja en entredicho la coherencia y credibilidad de las decisiones disciplinarias en el fútbol colombiano, la Comisión Disciplinaria de la Dimayor sorprendió al país con una medida sin precedentes: sancionar a Alfredo Morelos, delantero de Atlético Nacional, por supuesta simulación en una jugada que fue sancionada como penalti tras revisión en el VAR durante el partido frente a Boyacá Chicó.
El hecho parece sacado de una paradoja. El árbitro central, tras consultar la herramienta tecnológica, confirmó el penalti en favor de Nacional; sin embargo, días después, el Comité Disciplinario decidió castigar al jugador con dos semanas de suspensión y una multa equivalente a 60 salarios mínimos legales diarios vigentes, bajo el argumento de que había intentado engañar al juez del compromiso.
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La decisión dejó atónitos no solo a los hinchas del conjunto verdolaga, sino también a los analistas y periodistas deportivos, que se preguntan: ¿cómo es posible sancionar a un jugador por simular una falta que el VAR y el árbitro validaron como infracción real? En otras palabras, ¿desde cuándo los penaltis en Colombia tienen segunda instancia?
La polémica no tardó en encender las redes sociales. Las críticas apuntaron directamente a la Comisión Disciplinaria y a la Comisión Arbitral, a las que se acusa de una nueva muestra de descoordinación e incoherencia institucional. “Sancionan a Morelos por un error del árbitro VAR”, se repite entre la prensa. Muchos consideran que la Dimayor ha sentado un peligroso precedente: si el criterio del árbitro validado por el VAR puede ser luego revocado por un ente disciplinario, el futuro de las decisiones arbitrales quedará sumido en la incertidumbre.
“No hay antecedentes de una sanción así”, cuestionan exjugadores y expertos, quienes advierten que este tipo de determinaciones erosiona la confianza en el sistema de videoarbitraje y, sobre todo, en la justicia deportiva. Porque si un jugador es castigado por algo que el árbitro consideró legal en el campo, ¿qué garantías existen para los demás?
Ante la ola de indignación, Atlético Nacional decidió pronunciarse oficialmente. El club informó que apeló la sanción y que usará todos los recursos posibles para defender a su jugador y exigir “justicia”. En un comunicado institucional, Nacional expresó su desacuerdo con la medida y reiteró su confianza en que los órganos competentes actúen con objetividad y transparencia.
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El presidente del club, Sebastián Arango Botero, fue claro y contundente al defender la posición verdolaga: “La decisión arbitral fue tomada conforme al protocolo. Para eso está el VAR: para verificar y confirmar las acciones dentro del reglamento. Las imágenes muestran de manera inequívoca una infracción cometida sobre Morelos. Decir que él indujo al error carece totalmente de sustento”.
Arango insistió en que el club respeta a la autoridad arbitral y disciplinaria, pero que no puede quedarse de brazos cruzados ante una sanción que, según él, no solo afecta al jugador, sino también la credibilidad del fútbol colombiano. Además, expresó su esperanza en que el proceso de apelación “permita que prevalezca la justicia y el sentido común”.
Diego Arias sigue hasta fin de año
Durante la misma rueda de prensa realizada este jueves, el presidente aprovechó para ratificar la continuidad del cuerpo técnico encabezado por Diego Arias, al menos hasta diciembre, cuando culminen las competiciones en curso: la Liga BetPlay-2 y la Copa BetPlay, en la que Nacional mantiene ventaja en los cuartos de final ante Once Caldas.
El partido de vuelta de esa serie quedó programado para el miércoles 22 de octubre a las 6:20 p.m. en el estadio Atanasio Girardot, donde el verde buscará sellar su paso a semifinales tras ganar la ida por la mínima diferencia.
Mientras tanto, el caso de Morelos sigue generando debate y malestar. Muchos hinchas lo interpretan como una muestra más de la disparidad de criterios que gobierna el fútbol colombiano. En medio del desconcierto, queda flotando una pregunta que golpea con fuerza la credibilidad del sistema arbitral: si el VAR, que fue creado para impartir justicia, termina siendo contradicho por los despachos disciplinarios, ¿quién está realmente arbitrando los partidos?
Por ahora, Alfredo Morelos deberá esperar la resolución del recurso presentado por Nacional. Lo cierto es que este episodio, más allá de lo deportivo, deja una marca profunda en el debate sobre la justicia y la coherencia en el balompié nacional. Un capítulo más en la larga historia de decisiones incomprensibles que empañan el espectáculo y que hacen pensar que, en el fútbol colombiano, la pelota no siempre rueda por el camino correcto.