El fútbol colombiano vive un recambio generacional en sus banquillos. Según un estudio publicado por el Observatorio Internacional de Fútbol, CIES en 2022, Colombia era la quinta nación con técnicos más viejos en promedio del mundo. Dos años después, la situación ha cambiado radicalmente: los jóvenes entrenadores han tomado el control, relegando a los veteranos a un segundo plano.
En el pasado, la experiencia era considerada un factor fundamental para el éxito en el fútbol. Sin embargo, esta mentalidad está evolucionando. Los jóvenes entrenadores colombianos están irrumpiendo con fuerza, cargados de nuevas ideas, tácticas innovadoras y una mayor capacidad de adaptación a las tendencias actuales del deporte.
¿Qué impulsa este cambio?
Podemos observar varios factores que contribuyen a que los entrenadores jóvenes estén contando con mayores oportunidades como la llegada de nuevos dirigentes. Y es que en lo administrativo también hay una nueva generación de líderes en los clubes colombianos que está abriendo las puertas a la contratación de entrenadores de menor edad.
El técnico tolimense Jorge Luis Bernal indica que la búsqueda de resultados inmediatos también ha permitido un mayor espacio para los nuevos valores de la dirección técnica. “Los jóvenes entrenadores suelen ser más proclives a tomar riesgos y buscar un estilo de juego más ofensivo, lo que puede generar resultados más rápidos”, explicó.
Por su parte, el técnico ecuatoriano Octavio Zambrano, que dirigió al DIM y al Pasto, manifestó que entre los factores relevantes para este fenómeno, tampoco se puede descartar la globalización del fútbol. “Eso ha permitido a los jóvenes técnicos colombianos formarse en las mejores ligas del mundo y aprender de los mejores entrenadores”.
La nueva sangre
Entres los jóvenes entrenadores que han liderado el cambio en el fútbol colombiano en este 2024, más allá de que continúen o no en sus equipos, están Jhon Bodmer (Nacional, 42 años), José Luis García (Águilas, 35); Sebastián Oliveros (Fortaleza, 36); René Rosero (Pasto, 39); Miguel Caneo (Chicó, 41); Gustavo Florentín (Pasto, 45); Pablo Repetto (Nacional, 50); César Farías (América, 51); Arturo Reyes (Junior, 55); Hernando Patiño (Cali, 51); David González (Tolima, 41); Rafael Dudamel (Bucaramanga, 51); Pablo Peirano (Santa Fe, 49); Hubert Bodhert (Alianza, 52); Haróld Rivera (Patriotas, 53), Dayron Pérez (Envigado, 46),Jersson González (Pasto, 49), Alexis Márquez (Envigado, 47 años). Y eso que acá solo se mencionan a los que han estado este año en la primera división.
Después, viene un grupo de entrenadores mayores de 55, pero que no supera los 66 años de edad, como el que conforman Jhon Jaime Gómez (Chicó, 56 años); Leonel Álvarez (Pereira, 58); Alberto Gamero (Millonarios, 60); Alexis García (Equidad, 63); Alfredo Arias (DIM, 65), Hernán Darío Herrera (Once Caldas, 66).
Los veteranos desplazados
Esos dos grupos mencionados anteriormente, desplazaron a entrenadores como Julio Comesaña (76 años), Fernando Castro (75), Hernán Darío Gómez (68), Luis Fernando Suárez (64), Jorge Luis Bernal (71)
Jorge Luis Pinto (71) y Francisco Maturana (75), entre otros.
Sin embargo, según los expertos consultados por este diario, este cambio generacional no está exento de desafíos. “La falta de experiencia puede ser un obstáculo en algunos momentos, y algunos jugadores veteranos pueden tener dificultades para aceptar las ideas de los jóvenes entrenadores”, dijo otro entrenador veterano como Óscar Héctor Quintabani (73 años).
Tantos los entrenadores de la nueva ola como sus predecesores coinciden en que es importante destacar que este cambio no significa que los estrategas experimentados no tengan nada que aportar. De hecho, cuentan que muchos de ellos son mentores de la nueva generación.
“Lo ideal es encontrar un equilibrio entre la experiencia y la juventud, creando un entorno donde ambas partes puedan aprender y crecer mutuamente”, dijo el técnico Jorge Luis Pinto.