El título de la Liga colombiana, tras la final inédita más promocionada de los últimos años, quedó en poder de Millonarios ante un Atlético Nacional que ha soportado un turbulento semestre. Primero por las discrepancias entre la dirigencia y algunas barras por los precios de los abonos, pasando luego por sanciones y pérdidas millonarias por el cierre del estadio Atanasio Girardot por mal comportamiento de los hinchas de popular sur y por las críticas que han acompañado el proceso del técnico brasileño Paulo Autuori.
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Con todo y eso, no se puede desconocer la consolidación y potencialización de una cantera que ya ofrece réditos deportivos y económicos para este club que viene en proceso de reestructuración.
Esta vez los verdolagas no pudieron celebrar, después de una desafortunada actuación en el partido de vuelta en Bogotá frente al mejor equipo de la reclasificación (53 puntos por 49 de los verdes) y que se definió con lanzamientos desde el punto penalti (3-2), luego del 0-0 en los 90 minutos.
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Pero más allá del planteamiento táctico y de las fallas en la ejecución de los penaltis por parte de Dorlan Pabón, Cristian Zapata y Jarlan Barrera, hubo un hecho lamentable que deja en entredicho la autoridad en Atlético Nacional y del cual ya el presidente Mauricio Navarro anunció que analizarán el tema y tomarán correctivos. Al diario El Tiempo le dijo que la junta directiva sigue apoyando el proceso de Autuori.
Todos los que siguieron la final en El Campín vieron, sorprendidos, cómo Yerson Candelo y Dorlan Pabón intervinieron e impidieron la salida de la cancha de Jéfferson Duque y Sebastián Gómez.
En primer lugar irrespetaron al estratega y luego a los compañeros que estaban listos para ingresar a la cancha, entre ellos el joven Jhon Solís, que más tarde entró por Nelson Deossa y, 8 minutos después, sería sustituido por Jhon Duque. Igual impotencia debió sentir Cristian Castro, quien entró por Tomás Ángel y al cierre del juego le dio paso a Jarlan Barrera, en variantes que finalmente nadie supo si las ordenaron los jugadores o el entrenador. Solo basta con mirar los memes que circulan en redes y que evidencian lo sucedido.
Faltan explicaciones
En la rueda de prensa posterior al duelo, Autuori se mostró molesto por las especulaciones que hubo sobre la confusión en los cambios. Aseguró que lo que pasó no fue un asunto suyo, que él tenía claras las modificaciones. Al responder a la pregunta de si se trataba de una estrategia para retardar el juego, dijo con vehemencia: “No me gusta oír esto porque cuando se analiza uno tiene que ver el histórico. Sé que hubo un error grave, no sé de quién, mío no fue, porque la idea de quien iba a salir ya estaba clara y anotada, entonces ese tema hay que mencionarlo para otros y no puedo permitirme hablar de eso. Si miras atrás en mi historia no son los títulos, sino que el deporte lo más importante porque puede hacer que las cosas crezcan a nivel de educación. Pregúntele al cuarto árbitro qué ha pasado, porque conmigo no fue”.
Independiente de esta explicación, a la cual remiten los dirigentes cuando se les indaga por el tema, a Dorlan, quien acaba de renovar contrato por un año, y a Candelo, de altibajos en el torneo, no les quedó bien su comportamiento. Era una final, no un partido de barrio y menos ante un entrenador de tantos pergaminos, que ha sido respetuoso siempre y quien ha dichos que en el equipo las decisiones se toman en grupo. Pero estos futbolistas se extralimitaron y el entrenador tampoco puede permanecer pasivo, sin hacer valer su autoridad.
Quizás la cercanía del juego de la Copa Libertadores de este martes ante Patronato, en el Atanasio Girardot (7:00 p.m.), opaque un poco la discusión sobre el particular, pero no puede quedar en el olvido. En Nacional la “autuoridad” no se puede extraviar.
El arquero Kevin Mier reconoció que la derrota ante el cuadro capitalino fue “un golpe muy duro, pero de eso se trata la vida. De caer, de levantarse. Mañana saldrá el sol de nuevo, tendremos que prepararnos para el partido de Copa Libertadores y vamos a tratar de hacerlo de la mejor manera”.
Nacional, que regresó a Medellín en la noche del sábado en un vuelo chárter, ya piensa en el duelo del torneo continental que tendrá mañana y en el que recibirá en el Atanasio Girardot a Patronato de Argentina en el último partido del Grupo H de la Copa Libertadores. Para alcanzar el objetivo de llegar al primer lugar del grupo, el verde debe ganar y esperar que Olimpia de Paraguay empate o pierda en su casa con Melgar de Perú, ya eliminado. El equipo paisa tiene 10 puntos, uno menos que el conjunto guaraní.
Después de la derrota ante Millonarios en Bogotá, en una cuenta falsa de Twitter circularon versiones de supuestas peleas en el camerino de Nacional. Inclusive, periodistas reconocidos replicaron la versión en la que se daba cuenta de agresiones a Jarlan Barrera y al propio técnico Autuori, algo que no fue verdad. Consultamos fuentes del club para despejar dudas y la respuesta fue contundente: “Todo es mentira, un absurdo”. La persona, que pidió no mencionar su nombre, agregó de después de que se terminó el partido “todo el mundo en el camerino estuvo en un silencio absoluto por más de una hora”.
Añadió que tras el cobro del último penal, nadie pensó en temas de premiación y todos se fueron raudos al camerino. “Era una tristeza muy profunda y un silencio interminable”.
18
heridos en Bogotá, balance en la final. En Antioquia se registró buen comportamiento, solo 3 lesionado en Guarne.