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Curazao, la selección más pequeña en la historia del Mundial, y los combinados “pequeños” que lograron un cupo para 2026; ¿cuál fue la clave?

Curazao, junto con otras selecciones “pequeñas” en demografía, lograron lo que muchos gigantes europeos no pudieron, clasificarse directamente al Mundial 2026. Su estrategia lo sorprenderá.

  • Curazao es la selección con menos habitantes clasificada al Mundial 2026. Foto: GETTY.
    Curazao es la selección con menos habitantes clasificada al Mundial 2026. Foto: GETTY.
hace 4 horas
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Cuando el silbato final resonó en Kingston, todo Curazao parecía estallar en júbilo. Lo que para muchos habría sido un sueño lejano se convirtió en realidad. Con un empate 0-0 ante Jamaica, la selección caribeña logró su primera clasificación a una Copa del Mundo.

Fue un partido lleno de tensión, un penal a favor de los jamaiquinos que el VAR anuló, dos remates al palo y un portero, Eloy Room, en modo héroe. Esa resistencia firme selló su boleto histórico.

Curazao, una isla de apenas 155 mil habitantes, es ahora la nación menos poblada en la historia del Mundial, puesto que le arrebató a Islandia, que contaba con el récord actual desde 2018 (331.000 habitantes).

Para dar una idea más cercana, este país tiene menos personas que el municipio de Envigado, en Antioquia, que proyectó alrededor de 250.000 habitantes para 2025. Su gesta es modesta en tamaño, pero monumental en ambición. Le contamos cómo fue la hazaña de Curazao y de otras selecciones “pequeñas” que lograron su clasificación, mediante una estrategia ingeniosa.

Curazao no siempre tuvo el protagonismo que hoy disfruta. Hasta 2010 era parte de las Antillas Neerlandesas, pero tras su autonomía se vio obligada a construir su identidad futbolística prácticamente desde cero. A lo largo de la historia nunca había conseguido clasificar a un Mundial, y en las eliminatorias anteriores solía quedar lejos de la pelea, sin ritmo competitivo y con una estructura aún en formación.

La evolución, sin embargo, dio fruto. Con el paso del tiempo, la federación entendió que su futuro dependía de reconectar con la diáspora y atraer a futbolistas nacidos o formados en Países Bajos. Ese puente cultural moldeó una selección híbrida, pequeña en territorio pero amplia en talento.

De la mano de Dick Advocaat, veterano entrenador neerlandés de 78 años, la selección curazoleña desplegó orden, disciplina y templanza. Aun cuando el técnico tuvo que viajar por motivos personales y no pudo estar en Kingston para celebrar su clasificación.

El camino de Curazao a la clasificación

La fase de clasificación de la CONCACAF fue inolvidable para Curazao. Terminó líder de su grupo con 12 puntos, sin perder un solo partido. Luego vino la visita a Jamaica, y con empatar bastaba, pero ellos se jugaron el todo por el todo, y resistieron cada intento por arrebatarles la clasificación.

La fortuna también estuvo a su favor. En el último minuto, el VAR anuló un penal a Jamaica, un momento que podría haber cambiado todo. Sin embargo, fueron los curazaleños quienes se llevaron el cupo, y convirtieron la pequeña isla en toda una fiesta.

La celebración en Willemstad se convirtió en un estallido colectivo de orgullo, con banderas en los balcones, caravanas improvisadas y abrazos entre desconocidos. El fútbol, muchas veces subestimado en la isla, ahora es todo un hito nacional.

Otras selecciones de pocos habitantes que clasificaron al Mundial

La gesta curazoleña no está sola. El Mundial 2026 será recordado por el ascenso de naciones que históricamente no habían logrado romper el techo clasificatorio.

Este fenómeno está lejos de ser simple casualidad, pues por años selecciones como Cabo Verde y la misma Curazao forjaron un proceso con talentos europeos entre las diásporas, lo que incrementó notablemente su calidad futbolística.

Cabo Verde

Cabo Verde, un conjunto de diez islas en el Atlántico con apenas alrededor de 525.000 habitantes, ha logrado algo que parecía reservado para los más grandes, clasificarse por primera vez a un Mundial.

Bajo la dirección de Pedro Leitão Brito, más conocido como Bubista, la selección caboverdiana desplegó un fútbol refinado, influido por su herencia portuguesa. Su proceso fue estratégico, y durante años la federación rastreó talento entre la diáspora caboverdiana en Europa, convenciendo a jugadores con raíces isleñas pero formados en ligas de Portugal, Francia u otros países.

En las eliminatorias africanas, Cabo Verde logró imponerse con autoridad, venciendo 3-0 a Esuatini en la jornada decisiva para coronarse líder de su grupo. Esa victoria no solo les dio su primer Mundial, sino que dejó atrás combinados tradicionales del continente como Camerún.

Jordania

Jordania, apodada “Al Nashama” (los valientes), aseguró su primer Mundial con un triunfo contundente 3-0 sobre Omán. La figura de esa noche fue Ali Olwan, autor de un hat-trick que rompió barreras para su país. Su defensa fue clave al conceder pocos goles y alcanzar una fortaleza que se ha convertido en estandarte, bajo la dirección técnica de Jamal Sellami.

Aunque su población no es tan pequeña como la de Cabo Verde o Curazao, entrará en la historia como una selección que alcanzó un cupo a la cita mundialista de manera inesperada. El proyecto comenzó desde junio de 2024, cuando la Asociación de Fútbol jordana anunció la contratación del marroquí Jamal Sellami como seleccionador, en un movimiento pensado para aportar disciplina táctica y experiencia en competiciones africanas y asiáticas.

Sellami venía de dirigir clubes importantes en Marruecos y era conocido por su trabajo con selecciones jóvenes y plantillas con presión competitiva. Bajo su mando, el equipo mantuvo una identidad pragmática, sólida en defensa y organizada en la salida de balón, rasgos que terminaron siendo cruciales en una zona asiática de clasificación cada vez más competitiva.

Para Jordania, que había fallado en acercarse al Mundial en ediciones previas pese a tener momentos brillantes en la región, esta clasificación representa la culminación de años de mejorar estructuras, fogueo internacional y, sobre todo, de dar continuidad a un proyecto técnico.

Los pequeños que sorprenden a las potencias europeas

Lo que se vive rumbo al Mundial 2026 es algo más que una simple expansión de equipos. Parece más una revolución. Países pequeños, como Curazao y Cabo Verde, y otros de crecimiento emergente, como Uzbekistán y Jordania, han logrado lo impensable, al mismo tiempo que algunas potencias tradicionales tambalean. En Italia, por ejemplo, se sigue sintiendo el eco de su ausencia en pasadas ediciones; su caída reciente muestra que el fútbol ya no es un derecho automático para nadie.

Este choque entre historia y novedad refleja un cambio profundo en el ecosistema futbolístico global. Gracias a estructuras modernas, scouting, entrenadores visionarios y recursos dirigidos con coherencia, estas naciones han transformado sueños en realidades. Y lo más potente, lo han hecho sin renunciar a su identidad, convirtiendo su primera Copa del Mundo en un símbolo de esperanza para todos los que también sueñan en pequeño.

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