Tranquilo, así como se evidencia su rostro cuando va montado en bicicleta, se muestra el colombiano Nairo Quintana (Movistar), pese a que ayer no pudo arrebatarle ni un segundo al británico Chris Froome (Sky) en la general del Tour de Francia.
La ventaja de Froome después de 10 etapas es la mayor en esta fase de la carrera desde 2006.
Ese año, el francés Cyril Dessel le llevaba 2 minutos y 34 segundos al español Juan Miguel Mercado y 3.45 al tercer clasificado, el ucraniano Serhiy Honchar. El campeón finalmente sería el español Óscar Pereiro, quien en este momento de carrera marchaba en el puesto 18 a 6.42.
Nairo, tercero a 3.09 del líder, aún no ataca a Froome, que parece un león indomable en carretera. Segundo, a 2.52, se sitúa el estadounidense Tejay Van Garderen (BMC).
Pero el colombiano, que se bajó ayer de la tarima sonriente después de lucir nuevamente la prenda blanca que lo identifica como mejor joven, asegura que no se va a entregar mientras haya montaña.
“La carrera ha ido rápida y el cansancio va pasando factura. Astana ha tensado la subida al Tourmalet, pero no pudo hacer daño. El puerto final era bastante rápido, no había oportunidad de marcar diferencias”, describió el boyacense la décima fracción de ayer entre Pau y Cauterets, de 188 kilómetros y en la que salió como héroe el polaco Rafal Majka (Tinkoff - Saxo), que coronó en solitario el Tourmalet y tras la osadía, cruzó la meta, 40 kilómetros después, en el primer lugar.
Quintana dijo que Froome “tiene cierta ventaja”, pero prometió que no se “entrega hasta que acabe la montaña”.
“Tenemos que intentarlo, vinimos a buscar el sueño amarillo y estamos trabajando para eso y junto con Alejandro (Valverde) trataremos de buscarlo”, agregó.
Sobre la última etapa por los Pirineos hoy, entre Lannemezan y Plateau de Beille, Nairo no ocultó que podría probar a Froome.
“¿Atacar mañana -hoy-? Podría ser posible, esperaremos sobre la marcha. Vamos a ver qué tal está Chris y si me vuelvo a encontrar con buenas piernas, por qué no intentarlo. Según cómo vea a los rivales, podríamos mover la carrera con el equipo”, asegura el colombiano, quien promete espectáculo hasta el final, y más cuando restan cinco jornadas de alta montaña en la que todo puede pasar .
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