Bien decía el técnico Jorge Almirón que lo logrado en la pretemporada por Nacional no significaba nada y que el primer reto de verdad era la Superliga. A a eso le estaba apuntando. Sin embargo, la falta de eficacia y los errores individuales terminaron dándole el primer golpe a su proceso.
Todo comenzó de la mejor manera para la escuadra verdolaga que, a los 20 minutos, puso a celebrar a un Atanasio Girardot que estaba lleno de positivismo por lo que venía haciendo el grupo en los últimos partidos. Además, porque los hinchas estaban confiados en que el título 29 iba a llegar al historial del más campeón de Colombia.
Ese optimismo se acrecentó también porque, horas antes del encuentro, Nacional confirmó que Macnelly Torres seguiría en la institución, así que todo pintaba para una noche de celebración y para que el técnico Almirón repitiera la gesta de Juan Carlos Osorio, quien en 2012, apenas asumió la dirección técnica del equipo se quedó con la Superliga. Como si fuera poco, Nacional acumulaba cinco partidos consecutivos sin derrotas ante Millonarios. La última vez que había perdido en su estadio con los embajadores era el 2 de noviembre de 2011. En esa ocasión, 2-0.
Otro dato que confirmaba el favoritismo verdolaga era que tras 21 finales consecutivas, no perdía el partido de local en el Atanasio Girardot. Pero en el cuadro visitante, estaba Roberto Ovelar, quien se ha convertido en verdugo del club antioqueño desde su época con Junior. Con los tiburones le marcó en tres ocasiones y este miércoles se destapó con un doblete con Millonarios. Hizo el tanto del empate, con un remate fuera del área al minuto 34 y el gol del festejo final tras un error en salida de Nacional que cogió al portero Monetti desubicado (54’).
El enfoque verde deberá trasladarse a la Liga y a la Copa Libertadores en la que debutará el 27 de febrero ante Colo-Colo de Chile.