<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Armstrong debe convivir siempre con el desprecio

Así lo reconoció durante la emisión de la primera parte del documental The Last Lance. Su vida vuelve a la turbulencia.

  • Tras el reciente documental que se estrenó, las confesiones de Armstrong lo podrían llevar al despojo de más títulos. FOTO AFP
    Tras el reciente documental que se estrenó, las confesiones de Armstrong lo podrían llevar al despojo de más títulos. FOTO AFP
26 de mayo de 2020
bookmark

El exciclista estadounidense Lance Armstrong no consigue suavizar el pasado contaminado que protagonizó y que le costó perder los siete títulos del Tour de Francia que había conseguido, ni siquiera en la primera parte de un documental que emitió la cadena ESPN.

En medio de expresiones insultantes que ha recibido desde que se le descubrieron todas las mentiras y el dopaje sistemático que tenía establecido, Armstrong admite en el documental “Lance” que siempre habrá personas que lo rechacen por todo sucedido.

Durante la emisión de la primera parte del documental realizado por la periodista Marina Zenovich, su imagen de villano no la modifica para nada, ni tampoco aporta nada nuevo que no se conociese en la historia de una trayectoria polarizada del deportista que alcanzó lo más alto y ahora vive en la desgracia del “olvido” y sin tener tampoco interés de cambiar las cosas.

Armstrong, de 48 años, que avasallaba a sus rivales y no se ponía límites, en las ocho entrevistas que le hizo Zenovich desde marzo del 2018 al agosto del 2019, reiteró que estaba diciendo su “verdad”, sin importar lo que pudiesen pensar las personas que vean el documental.

Tratar de sacarle la verdad a Armstrong se produjo después de que sus años de mentiras lo prepararon para lo que dijo que necesitaba: “una crisis nuclear”, cuando la Agencia Antidopaje (Usada, en inglés) lo acusó de usar y traficar drogas para mejorar el rendimiento como parte de un gran escándalo de dopaje.

“Cuando mi vida dio el giro que me tomó, me dije a mí mismo, donde quiera que vaya por el resto de mi vida, alguien se me acercará y me insultará”, comentó Armstrong. “Así que pasaron un par de días y nadie dijo ese insulto que nadie quiere escuchar. Luego pasaron los meses; hasta que después de cinco años volvió a suceder”.

Armstrong destacó que durante ese tiempo había conseguido saber cuándo alguien quería insultarlo, pero nadie lo hacía. “Hasta que un grupo de varios hombres, que estaban en un bar me vieron” y comenzaron a insultarlo y a decirle que era el “rey de los tramposos”.

“La persona que me acompañaba, con buen criterio, me aconsejó que me subiese de nuevo en el coche y me alejase de la zona cuando ya estaba listo para llegar al grupo y golpear al primero que me insultó. Lo que, obviamente, habría sido una mala idea”, explicó Armstrong. “Como lo habría hecho la mayor parte de mi vida cuando estaba contrariado y enojado”.

Sin embargo, aunque abandonó el lugar, Armstrong explicó que no podía que el incidente quedase sin aclarar y entonces tuvo la idea de llamar al bar, darle el número de su tarjeta de crédito y pagarle todo lo que hubiese consumido el grupo que lo insultó.

El empleo que busca está a un clic

Te puede interesar

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD