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¿Todos, todas y todes? Lenguaje inclusivo en la Fiesta del Libro

Este es uno de los temas de la Fiesta del Libro en el Jardín Botánico, que cumple 15 años.

  • ilustración Elena ospina
    ilustración Elena ospina
27 de septiembre de 2021
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Las palabras son poderosas: pueden sanar, dar fuerza y esperanza. Pueden acercarnos. Precisamente, para celebrar sus 15 años, el tema de la Fiesta del Libro y la Cultura es Las Palabras y en uno de los conversatorios, el 3 de octubre, se hablará sobre lenguaje inclusivo.

Más allá de la diferencia funcional (comunicación que puedan comprender las personas ciegas o sordas), el lenguaje inclusivo, del que tanto se discute en los últimos años, se refiere a la visibilidad de todos los géneros dentro del discurso. Es decir, que todas las personas se incluyan en la conversación: hombres, mujeres o personas no binarias.

Susana Rodríguez Barcia es docente de la Universidad de Vigo en España y lleva más de diez años investigando sobre este tema. Ella dice que este modo de expresión no es nuevo, como algunos creen: la reivindicación de la mujer en cuanto al lenguaje está desde la primera ola del feminismo.

“Las primeras sufragistas veían que en los textos legales se hablaba de hombre, entonces algunas discutían el propio lenguaje en el que estaban escritos”, explica la docente.

Entonces, el lenguaje inclusivo no es una “moda actual” y más bien es una puerta que la misma sociedad abrió luego de darse cuenta que existen otras maneras de nombrar y de existir. Es una forma natural del lenguaje de reaccionar a las realidades cambiantes.

“Es el resultado de entender las identidades de género y sexuales que tienen consecuencias en el lenguaje, se está tratando de llegar a un acuerdo de cómo vamos a nombrar todo este tipo de cosas que no son nuevas”, explica John Franco, experto en lingüística y literatura.

Y es que con el tiempo se ha ido implementando, por ejemplo, en el lenguaje administrativo o jurídico donde se ve una inclusión y visibilidad real de la mujer: en los impresos de matrículas, la identificación o las casillas de los formularios. Sin embargo, en el lenguaje informático aún se ven casos donde se leen palabras como usuario. Sigue ese masculino genérico.

“También se habla de lenguaje inclusivo no binario cuando la persona no tiene una identificación ni con varones ni con mujeres, con ninguno de los dos sexos, ni con las identidades de género tradicionalmente establecidas”, dice Rodríguez. Es decir, aquí no aplica, por ejemplo, cuando se usa el traductor o la traductora, sino le traductore.

Discusión actual

Diana Marcela Toro, filóloga hispanista, dice que el lenguaje inclusivo se enfrenta a un problema moral de una parte de la sociedad que simplemente no quiere aceptarlo porque, en muchos casos, hay quienes no están de acuerdo con lo no binario.

“Otro punto es que la Real Academia Española (RAE) tiene que dar un paso, muchas personas piensan que tenemos que ir al diccionario para saber cómo tenemos que hablar y no nos damos cuenta de que somos nosotros quienes hacemos la lengua y creamos palabras”, manifiesta Toro.

A propósito, la RAE es una de las instituciones que no acepta el lenguaje inclusivo y son partidarios (porque en su mayoría son hombres) de no salirse de sus normas gramaticales y ortográficas. No están de acuerdo con usar la e y la x. (Ver Para saber más).

“Es difícil saber a cuál generación le va tocar el lenguaje inclusivo porque para que haya ese cambio se necesita una transformación en la educación lingüística. Los que desconocen el tema lo que hacen es reproducir y racionalizar el masculino genérico como si fuera una idea propia”, dice la docente española.

El lenguaje inclusivo pasa en todos los idiomas porque al final la construcción del lenguaje es androcéntrico (visión del mundo que sitúa al hombre como centro de todas las cosas): el varón siempre será el eje, el punto de medida de todo lo demás.

Según Franco, las nuevas formas de pensarnos como sociedad se están dando en todos los ámbitos y el lenguaje en que se expresa cada una tiende a modificar.

“Los idiomas con flexión de género van a tener el problema de la referencia a grupos mixtos, en el inglés solo pasa con algunos pronombres”, agrega la profesora Susana Rodríguez.

Es una realidad que el lenguaje es el resultado de acuerdos sociales en la manera natural de comunicarnos, por eso el lenguaje inclusivo no depende de una estructura gramatical sino más bien de la forma como cada persona piensa el mundo

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