Dilma Mosquera, Harrison Palacios, Yommy y Jahir Córdoba se conocieron en el año 2001 en el barrio Moravia, al norte de Medellín. Todos venían desde Chocó, menos Yahir quien nació en la capital antioqueña, porque sus padres, chocoanos, se mudaron para esta ciudad.
Yommy solo venía de paseo pero decidió quedarse; Harrison había llegado hacía un par de años para prestar el servicio militar y estudiar; Dilma también vino a estudiar en la Universidad de Antioquia. Los cuatro tenían el mismo sueño: vivir para hacer música.
Desde niños lo aprendieron en su tierra: “Crecimos escuchando tambores, chirimías, alabaos y currulaos que interpretaban los viejos”, cuenta Harrison, líder del grupo.
A ese sueño lo nombraron Explosión Negra. Hoy pueden contar que llevan 15 años de carrera musical en los cuales han sido invitados a múltiples festivales en Colombia y que han salido de gira por Estados Unidos, México, Canadá, China y Francia.
Además, no solo hacen música sino que se convirtieron en una fundación que lidera el Festival Afrourbano en Medellín, y brinda apoyo social a estudiantes afro en la U. de A., promueve procesos de etnoeducación en colegios, y asesora a otros jóvenes que, como ellos, quieren crecer como artistas musicales.
Dilma también cumplió su sueño de ser profesional y es profesora de artes plásticas en un colegio.
La semana pasada se enteraron de que estaban cerca de ganarse un Grammy Latino por su nominación a Mejor Álbum fusión tropical. Se sabrá si la explosión es total el próximo 17 de noviembre en Las Vegas, Estados Unidos.
Ser artista no es fácil en Colombia, ¿por qué decidieron que este iba a ser su camino?
“Porque este fue nuestro sueño desde niños. Cuando comprendimos que teníamos talento para la música decidimos jugarnos todo: creímos en nosotros y en que, a pesar de lo difícil que puede ser, no es imposible. Con los años entendimos que todo va en la constancia. Y por más obstáculos que se han presentado a lo largo de 15 años de carrera, nos ha mantenido fuertes la música”.
¿Cómo fueron los inicios de Explosión Negra?
“Fueron muy difíciles, pues al principio no teníamos cómo grabar, solo contábamos con pistas para ensayar, pero éramos muy constantes. Fuimos muy rigurosos con los ensayos así no tuviéramos presentaciones, hasta que la Pastoral Social vio nuestro esfuerzo y patrocinó nuestra primera grabación. Luego empezamos a tocar puertas en emisoras y en muchos lugares; nos las cerraban pero seguimos insistiendo y buscando más alternativas”.
¿Cuál es su estilo musical?
“Nuestro estilo actual es el resultado de una exploración que se ha hecho por varios años, siempre quisimos tener nuestra identidad. Nosotros le damos una evolución a los sonidos folclóricos de Colombia, en especial del Atlántico y del Pacífico. Es una fusión entre ritmos urbanos y electrónicos, con cumbia, chirimía, buyerengue, currulao, ritmos africanos, entre otros. Sobre todo nos preocupamos por darle un equilibrio entre lo urbano y lo folclórico para conservar la esencia”.