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Guillermo La Fuente es el profesor de historia, aunque en el libro de Evelio José Rosero lo conocen como cuchilla: “¡Es él!, ¡ya viene! Una tormenta de gritos rompió desde el pasillo”. Y es uno de esos libros inolvidables de la colección Torre.
El grupo editorial Norma inició las celebraciones por sus 30 años, una de las colecciones de literatura más amada y recordada por varias generaciones, con la que conocieron el amor y el placer por la lectura muchos.
Una colección única, de exportación, dividida en lo que Norma denomina cuatro fortalezas: Torre Naranja, Torre Roja, Torre Azul y Torre Amarilla, cada una de ellas, dirigidas a un grupo específico de lectores.
Para conmemorar esta fecha, la editorial reunió a trece destacados escritores colombianos y al mismo número de ilustradores, para crear una edición no venal, compuesta por cuentos inéditos dirigidos a todas las edades.
Los diez mil ejemplares que se imprimirán serán donados a fundaciones e instituciones de diferentes partes del país, .
En esta convocatoria participaron escritores como Evelio Rosero, José Luis Díaz-Granados, Margarita Londoño Vélez y Claudia Rueda (ver Para Saber Más). Junto a ellos, ilustradores como Santiago Guevara, María Fernanda Mantilla, Eduardo Rico, Paula Ortiz López y Gina García.
Los creadores de esta colección pensaron en la torre como un símbolo de la paciencia del constructor que edificó ladrillo a ladrillo su fortaleza, como lo hace un escritor con su obra, como lo hace un lector que la va reconstruyendo, página a página en su cabeza.
Era 1989 cuando se decidieron celebrar por lo alto los 30 años de Editorial Norma. “Muchas ideas fluyeron y se convirtieron en letras constructoras que formaron palabras, las cuales trabajando en equipo construyeron frases que se quedaron a vivir en una Torre de Papel, con bases firmes que le daban cohesión para perdurar en el tiempo y resguardar tesoros, como lo son las valiosas obras de la colección”, explican en un comunicado desde la editorial.
Los primeros libros fueron una selección de lujo que contaba con tres ganadoras del Premio Hans Christian Andersen, el Nobel de la literatura infantil y juvenil: la austriaca Christine Nöstlinger, la brasileña Lygia Bojunga y la estadounidense Katherine Paterson.
La colección se posicionó en un lugar importante entre las letras latinoamericanas y sus obras se convirtieron en inolvidables long sellers. Seguro en su biblioteca tiene alguno de estos libros.
En 1999 se decidió convertir Torre Verde en la colección de literatura juvenil que hoy se conoce como Zona Libre. También nació Torre Naranja, con obras llenas de imágenes para facilitar el aprendizaje de los prelectores.
Su logo también ha cambiado en estos años: en cuatro etapas se ha ido modificando hasta llegar al actual estandarte de la colección, que ahora se llama solo Torre, “porque trascendió el papel y, para no dejar a ningún niño o joven sin sus memorables relatos, se volvió digital”, concluyen.
También aluden a lo que significa una torre, y que es lo que quieren lograr con la lectura: “Simboliza el triunfo, la paciencia del constructor que edificó ladrillo a ladrillo su fortaleza”. Se trata de una torre para viajar a un montón de mundos.