En los días previos a la inauguración de La línea y la mirada, su tercera exposición individual, el poeta, editor y artista Elkin Restrepo habló con EL COLOMBIANO sobre las más de cien obras que estarán expuestas en la Galería de Arte de Casa Tragaluz, entre el 1 y el 28 de febrero. En ese diálogo, con la sapiencia que dan los años dedicados al cultivo de la sensibilidad, Elkin afirmó que lo “bello es lo verdadero”, en consonancia con el espíritu de los griegos antiguos.
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Contó, además, que desde el momento en que se pensionó, ha dedicado muchas tardes a experimentar con las siluetas y las formas. Para él el dibujo y el poema son el resultado del asombro que el mundo exterior y el inconsciente le provocan al artista. El vínculo entre ambas disciplinas radica en que, aunque se utilizan herramientas diferentes —la palabra para la poesía y la línea para el dibujo—, ambos procesos siguen una misma intuición y se nutren del inconsciente. Cuando se le preguntó sobre en qué terreno se siente más cómodo, señaló que el dibujo le proporciona un deleite diferente por ser un objeto tangible, mientras que la poesía le ofrece un orden conceptual.
Al revisar su trabajo previo para seleccionar las piezas que conforman la exposición, Restrepo se sorprendió por la diversidad temática de sus dibujos. A lo largo de su carrera, no ha seguido un estilo único, lo que le ha permitido crear obras abstractas, figurativas, con variación en los colores y las técnicas utilizadas. Aunque no sigue una continuidad clara en su estilo, encontró que al ver su trabajo en conjunto, podía darle un sentido de orden y belleza, lo cual es un aspecto central para él. En cuanto al tiempo que le dedica a cada dibujo, Restrepo mencionó que, por lo general, cada pieza le toma una tarde, aunque a veces regresa para hacer ajustes o precisiones.
Explicó que las obras que conforman esta muestra surgieron en su mayoría durante las tardes, cuando escuchaba rock de épocas pasadas y se dejaba llevar por la música mientras dibujaba, de manera similar a como se escribe un poema. Para Restrepo, tanto el dibujo como la poesía son procesos de hallazgo, en los que uno no sabe hacia dónde va, pero siempre se llega a un resultado gratificante. La conexión entre el inconsciente y su trabajo es un tema recurrente en su obra. Ambos procesos, tanto el dibujo como la poesía, le permiten conectar con algo más allá de la conciencia y le dan espacio a un saber que surge de sus obsesiones.
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El formato pequeño de sus dibujos permite que se realicen rápidamente, algo que considera esencial, ya que el impulso creativo no debe perderse. Restrepo no cursó estudios formales en una academia, pero tuvo la suerte de aprender junto a amigos artistas y asistir a talleres en los años 90, donde se formó en el dibujo y el grabado, siendo el taller de José Antonio Suárez uno de los momentos más importantes de su formación.
Al reflexionar sobre su obra, Restrepo destacó la relación entre arte y vida, afirmando que los momentos de contemplación y reflexión sobre la vida son tan importantes para la creación como el acto mismo de dibujar o escribir. Al ver su trabajo reunido en una exposición, Restrepo expresó su felicidad, reconociendo que la exposición es una oportunidad para ver que algo de lo que pensó ha llegado a buen puerto.
Restrepo manifestó su deseo de explorar el collage, destacando la libertad del arte moderno, que permite experimentar con diferentes materiales y enfoques. Aunque no se considera un artista profesional, Restrepo toma su trabajo en serio y se siente afortunado por la oportunidad de compartir su proceso creativo.