En el corazón de San Jerónimo, en el occidente antioqueño, se encuentra el Parque Los Tamarindos, un espacio donde la diversión acuática y la lectura convergen en una experiencia única: Cuentos de sol y agua, un innovador programa impulsado por Comfenalco Antioquia, que convierte las piscinas en pequeñas bibliotecas flotantes.
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Cada fin de semana, entre las dos y las cuatro de la tarde, algunas de las piscinas del parque se transforman en un escenario literario, mientras los visitantes, entre risas y chapoteos, se sumergen en la lectura de cuentos que flotan a su alrededor, envueltos en el suave calor del sol y la frescura del agua. Es un espectáculo que, como describe Claudia Lucía Calle, promotora de lectura y líder de los programas de lectura de primera infancia de Comfenalco, “fusiona la recreación con el aprendizaje, creando un vínculo afectivo entre los niños, sus familias y la literatura”.
Claudia fue precisamente quien concibió esta idea al darse cuenta de que las bibliotecas podían y debían salir de sus paredes para llegar a públicos que, de otra manera, podrían no acercarse a un libro. “Nos preguntamos cómo podíamos llevar la biblioteca a espacios donde las familias ya se encontraban reunidas, y así nació la idea de los libros flotantes, que permitieron integrar la lectura en un día de sol y piscina”, explica.
La experiencia es, sin duda, inolvidable. Títulos como El pequeño delfín y Elmer y el baño, entre otros 50 que conforman la colección, flotan sobre las aguas, mientras un mediador de lectura, como Claudia, guía a los pequeños en historias que despiertan su imaginación y curiosidad. Además, como los libros están diseñados específicamente para resistir el agua (son plásticos, acolchados e impermeables) los niños los pueden manipular libremente, sin miedo a que se dañen.
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Nelson David Navarro Romero, coordinador de operaciones en el Parque Los Tamarindos, recuerda cómo la propuesta inicial de Claudia les sorprendió gratamente. “Nunca antes habíamos considerado una actividad de lectura en las piscinas. La idea de educar a través de la recreación nos pareció fascinante, especialmente porque rompe con la idea tradicional de que leer es una actividad estática”, comenta.
Y es que la propuesta de Cuentos de sol y agua ha tenido un impacto notable en los visitantes del parque. Juanita Isaza, una niña de 10 años que participó en el programa el último domingo de agosto, dice que le encanta poder leer mientras se baña. “Yo no sabía que existían libros que se podían meter debajo del agua sin que se dañaran. Tampoco sabía que había libros que cambiaban de color al meterse al agua. Es muy lindo”, dice con emoción.
Justamente por esto el programa ha crecido de tal manera que, en lugar de ser una actividad temporal, se convirtió en un elemento permanente del parque. Según Nelson, “al principio era solo una prueba piloto, pero la respuesta fue tan positiva que decidimos extender el horario y la frecuencia de las sesiones. Hoy en día, más de 60 personas disfrutan de las lecturas cada fin de semana”.
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A esto, Claudia le añade que la acogida ha sido tan buena que están considerando expandir la iniciativa a otros parques recreativos de Comfenalco Antioquia: “nuestra meta es que todos los niños y sus familias tengan acceso a esta experiencia, sin importar en qué parte del departamento se encuentren”.
La estrategia de Cuentos de sol y de agua no solo fomenta la lectura, sino que también fortalece los lazos familiares, promueve la creatividad y brinda a los niños una nueva perspectiva sobre el acto de leer. Es una forma de demostrar que la literatura no tiene que estar confinada a las cuatro paredes de una biblioteca, sino que puede encontrarse en los lugares más inesperados, como una piscina bajo el radiante sol de San Jerónimo.
