* Por: Daniel Montoya
¿Cómo puede el arte crear modelos de resistencia ante las amenazas climáticas? Una respuesta la tiene la instalación Espiral para sueños compartidos de la artista colombiana Carolina Caycedo que desde el pasado 10 de noviembre de 2023, se encuentra expuesta en la sala Marron Atrium del Museo de Arte Moderno (MoMA, por sus siglas en inglés) de Nueva York.
Le puede interesar: “Tenemos que volver a imaginar quiénes somos como relato nacional”: ministro de Cultura
Se trata de una instalación especial en una sala especial: la Marron Atrium del MoMA es un espacio en el que han expuesto artistas como Marina Abramovic o Steve McQueen. La instalación de Caycedo busca crear consciencia sobre la propia desaparición de costumbres, comunidades y paisajes alrededor de la edificación de represas.
¿Cómo se puede representar la forma dolorosa a través de la cual intervenimos en la manufactura daños ambientales? Espiral para sueños compartidos está construida a partir de dos trampas de peces tubulares y once atarrayas tejidas a mano por cuatro diferentes comunidades de México: mujeres pescadoras del Manglar en Oaxaca, Salvemos Temacapulín en Jalisco, Cooperativa norte en Nayarit y la Sociedad Cooperativa Mujeres del Golfo en Baja California. Cooperativas que atraviesan situaciones similares y compartieron “sus atarrayas y sueños alrededor de la pesca” con Caycedo, como dijo la artista para el portal del MoMA.
“Las Cosmotarrayas pueden ser interpretadas como el cosmos de las personas que he conocido y sus historias de despojo y resistencia, funcionando como un vínculo entre mi participación en la comunidad y mi práctica de estudio”, dijo Carolina Caycedo sobre la instalación.
Más que “recursos ambientales”, Caycedo prefiere llamarlos “bienes comunes”. El trabajo con comunidades le ha enseñado a respetar y ser cuidadosa con el uso del lenguaje.
“Cuando hablamos de ‘recursos ambientales’ hacemos referencia a la naturaleza y el espacio como si estuvieran ahí para ser usados y explotados. ‘Bienes comunes’ viene de unas cosmovisiones ancestrales, el reconocimiento de una genealogía que ha cuidado nuestro ecosistema. El reconocimiento de un pasado y un futuro que nos ofrece una visión familiar de nuestro entorno”, dijo la artista a Minculturas.