El servicio meteoreológico estadounidense atinó: predijo que sobre las 8 de la noche de ayer caería una tormenta sobre la ciudad de Chicago y afectaría la semifinal que ganaba Chile 2-0 sobre Colombia.
Ya en el campo de juego, al que le cayó un torrencial aguacero fue al fútbol del equipo criollo que en 10 minutos vio cómo la Roja le encajó el 2-0 más rápido en la historia de una Copa América, según el estadígrafo @misterchip.
La tricolor tuvo de arranque dos ausencias significativas: Farid Díaz y Carlos Bacca. En costado izquierdo estuvo Frank Fabra, quien hasta el entretiempo abrió un sendero fructífero para los ataques australes.
Charles Aránguiz (6’), tras un mal rechazo de Cuadrado, y José Fuenzalida (10’) aprovecharon los errores de la zaga cafetera y cobraron.
Algunos minutos después, el equipo de Pekerman se asentó y comenzó a empujar por el empate, impulsado por la gallardía de Carlos Sánchez y James Rodríguez, y las buenas proyecciones de Róger Martínez, reemplazante de Bacca.
Colombia no alcanzó a descontar y se fue al camerino con la intención de renovar ideas, esperando que el capitán del barco (Pekerman) diera luces para afrontar la densa marea de la remontada, similar a aquella 3-3 del 11 de octubre de 2013. Anoche, al cierre de esta edición, se esperaba por la reanudación del segundo tiempo