Hace pocos días, el presidente Gustavo Petro sufrió un nuevo revés en un alto tribunal: la Corte Constitucional dejó sin piso jurídico la reforma al Código Electoral que el Congreso había aprobado. Entre los vicios que fueron considerados por la Corte están que la ley no superó el análisis de impacto fiscal, faltó consulta previa en algunos artículos y se registró una elusión del debate. De hecho, la decisión de la Corte, según pudo conocer este diario, fue interpretada dentro del Ejecutivo como una advertencia, pues a nivel de trámite legislativo la reforma pensional tiene algunas coincidencias. Lo cierto es la reforma al Código Electoral buscaba actualizar normas que están vigentes desde 1986.
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El Gobierno propuso, por segunda vez modificar el esquema para la inscripción de candidatos en los diferentes comicios, la selección de jurados, el preconteo y conteo de los votos y la contratación de los respectivos softwares; además de las competencias que tendrían organismos como la Registraduría y el Consejo Nacional Electoral (CNE). También se buscaba incluir el voto electrónico, anticipado y el registro biométrico.
EL COLOMBIANO conversó con el abogado Alfonso Portela, quien fue registrador delegado para temas electorales y es consultado con frecuencia para entender los detalles que hay detrás de una elección.
¿Cómo recibe la decisión la Corte Constitucional?
“Es un ejercicio que se ha intentado varias veces y se ha reclamado que haya una reforma electoral. Aún nos gobiernan normas de 1986. Dentro del texto del Gobierno había normas que le venían bien al sistema electoral, especialmente la habilitación tecnológica que mucha falta hace y también situaciones normales y necesarias como la ampliación del horario de votación. El horario de 8:00a.m a 4:00.p.m creo que no existe en ningún otro país del mundo (...) pero el problema es que presentaron un Código muy denso”.
Pero, ¿es cierto que el proyecto buscaba dar “negocios” a algunas empresas, como lo denunciaron varios congresistas?
“Pues es que al hablar de la implementación del voto electrónico, detrás de un proyecto de ese tamaño, la cantidad de dinero podría generar preocupaciones. Entonces podría decirse que la opinión de los senadores al respecto es ‘común’ frente a ese tipo de negocios”.¿Y el proyecto quería emular algunos elementos del sistema electoral venezolano?“No, es que si nos referimos al voto electrónico, por ejemplo, puede ser la más adecuada para adaptarla a un sistema como el nuestro (...) Que se pueda parecer en lo de la herramienta es válido, pero es que nosotros (Colombia) tenemos un proceso electoral reglamentado en todos los aspectos”.
¿Qué viene para el país ya que se volvió a caer el Código Electoral?
“Vamos a seguir con las normas vigentes. Realmente del Código del 86 no queda mucho en materia de procedimientos porque a partir de la Constitución del 91 se han hecho reformas significativas (...) Son normas muy exigentes. Los ciudadanos deben tener confianza en la realidad electoral. Nuestro proceso es robusto y tiene mucha credibilidad independientemente de los errores que se puedan cometer”.
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Por su parte, Carlos Ariel Sánchez es uno de los abogados que más experiencia tiene en tema electoral en Colombia. Fue magistrado del CNE entre 1998 y 2002, pero se le recuerda sobre todo por estar al frente de la Registraduría Nacional del Estado Civil entre 2007 y 2015.
Durante su periodo se implementaron varias transformaciones importantes que sirvieron de base para que el proceso de conteo de votos cuente con la rapidez que gozamos hoy en día.
EL COLOMBIANO conversó con el exregistrador Sánchez para conocer su opinión sobre la caída de la reforma al Código Electoral y qué puede venir para el país.
¿Cómo recibe la decisión de la Corte de tumbar la propuesta de Código Electoral hecha por el Gobierno?
“La verdad, podría ser ‘crónica de una muerte anunciada’. Durante los debates se discutió y se anotaron distintos defectos de la ley. La Corte Constitucional decidió la inexequibilidad (una norma que no se puede aplicar por haber sido declarada contraria la Constitución por la Corte) por razones vertebrales como la falta de análisis del impacto fiscal, la falta de debates de artículos de la ley y ausencia de consultas previas de asuntos que comprometen las decisiones de los pueblos indígenas”.
Pero, en la práctica, ¿qué necesita cambiar el país en materia de Código Electoral?
“Las elecciones en Colombia son materia de debates y revisiones. Pero es precisamente en los escrutinios donde esos debates ayudan a que se corrijan los fallos de los escrutinios de mesa. Lo que debería es darse un trato más serio al preconteo de la Registraduría, por ejemplo”.
¿Qué piensa de las críticas de algunos congresistas de orillas distintas en relación a que la reforma al Código Electoral “estaba hecha y tenía negocios por detrás”,como dijo Ariel Ávila o que buscaba emular el modelo electoral venezolano?
“Obviamente algunas normas novedosas podrían requerir nuevas tecnologías, pero no necesariamente suponen ‘negocios’. Tampoco creo que se quisiera emular el modelo venezolano, al que se le vieron fallas en elecciones anteriores”.
¿Vale la pena volver a presentar un nuevo proyecto de reforma al Código Electoral?
“Un análisis de la historia electoral colombiana nos lleva a pensar que han sido más eficaces las reformas puntuales provenientes de las reformas constitucionales del 2003 y del 2009, que la redacción de nuevos códigos”.
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