Comienza el año y todos nos hacemos propósitos en distintos ámbitos de nuestras vida: recuperar el estado físico, ser disciplinados en nuestros quehaceres diarios, dedicarle más tiempo a la familia... ¿y la vida sexual?
Sexólogos como Alessandra Rampolla dan estrategias para potenciar su goce sexual y disfrutar en pareja.
la imaginación, es el sexto sentido
Es indispensable para lograr un buen orgasmo potenciar el sexto sentido, es decir la imaginación. Se requiere de variedad y cambio para mantener el interés, despertar el deseo y evolucionar. Si no hay fantasías, creatividad e ingenio, no habrá deseo sexual, y sin deseo, no hay acción. La imaginación y los pensamientos eróticos ayudan a ser más ingeniosos en el sexo e impiden caer en la rutina.
lleve el ritmo, juegue con su respiración
Jugar con la respiración resulta una gran ayuda para conseguir el orgasmo en su grado máximo. Intente aguantar la respiración por un momento. Respire profunda, rápida o llanamente. Déjese ir, no piense, vuele.
los beneficios para la salud del orgasmo
Los orgasmos son un gran aliado para combatir el insomnio gracias a la relajación muscular y a los químicos liberados durante el acto. Gracias a la oxitocina, los orgasmos pueden ayudar a aliviar el dolor de la artritis, dolores posquirúrgicos e incluso cólicos. Un estudio de la Universidad de Rutgers concluyó que los orgasmos pueden ayudar a la concentración, gracias al flujo de sangre que aumenta en el cuerpo.
las palabras también son importantes
Muchas mujeres coinciden en que el punto G está en los oídos. A ellas les gusta escuchar que sus parejas están excitadas. Esta también es una fuente de placer.
comer sano, por puro placer
Los alimentos bajos en grasas pueden prepararlo para un buen orgasmo. Mientras menos grasa corporal se tenga, mayor será el nivel de Dhea, una hormona que estimula el deseo sexual. Los bajos niveles de colesterol reducen la acumulación de placas en las arterias y facilitan la circulación y el flujo de sangre a los genitales.
Otra sana estrategia es dormir bien. Acostarse más tarde que lo usual afecta la libido a la noche siguiente. Durante el sueño bajan los niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés.
La falta de sueño genera la acumulación de dicha hormona y eso afecta el apetito sexual.