Petrismo le quitó respaldo a la Directora del ICBF

En la coalición de Petro la cuestionan por su falta de experiencia y muertes de niños en La Guajira. Verónica Alcocer la respalda. Ella guarda silencio.

Al posesionar a Baracaldo como directora del ICBF, Petro dijo que la entidad quedaría libre de “cualquier contaminación política”, pero los críticos de la funcionaria aseguran lo contrario. FOTO CORTESÍA

Las últimas 48 horas han significado una prueba de fuego para la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Concepción Baracaldo, sobre quien han recaído las críticas públicas del presidente Gustavo Petro y los ataques desde las mismas filas del petrismo en el Congreso por cuenta de la muerte por desnutrición de 20 niños en La Guajira, asunto que el Jefe de Estado calificó como el primer gran fracaso de su Gobierno.

Por cuenta de esta situación, Baracaldo fue duramente cuestionada por la representante a la Cámara Katherine Miranda, quien se fue de frente con Petro en las pasadas elecciones presidenciales, pero ahora no tiene problema en criticar a su Gobierno. Miranda, de la Alianza Verde, pidió que se cite a la Directora del ICBF para que rinda cuentas de su gestión. A su voz crítica se le unió otro escudero de Petro: el senador Gustavo Bolívar, quien planteó que Baracaldo debería renunciar si no es competente.

Pese a que la muerte de estos 20 niños indígenas responde principalmente al abandono estatal que se ha registrado por décadas en territorio guajiro, sobre Baracaldo ha recaído una serie de señalamientos que apuntan a su falta de acciones preventivas para brindarle atención oportuna a los menores de edad y por el hecho de fue nombrada a pesar de su falta de experiencia en temas de niñez y por ser una ficha de la primera dama, Verónica Alcocer.

Nombramiento controvertido

El 13 de septiembre pasado Petro posesionó a Baracaldo e hizo una afirmación que se ha puesto en entredicho por las acciones de la propia funcionaria. Ese martes el Jefe de Estado aseguró desde la Casa de Nariño que con la llegada de Baracaldo quedaría “por fuera cualquier tipo de contaminación política porque primero son las niñas y los niños”.

Aunque Petro trató de escudar así, de entrada, el nombramiento de Baracaldo, la funcionaria se encargó de desdibujar ese planteamiento con el nombramiento de José Parrado como secretario general del ICBF, y la fallida designación de Educardo Espinosa como director de Protección. Ambos, fichas de la Directora, fueron cuestionados por su inexperiencia en temas de niñez y por provenir de la Alcaldía de Chía, uno de los fortines políticos de Baracaldo.

Incluso, el origen de su nombramiento tuvo una motivación más política que técnica, pues esta administradora de empresas de la Universidad Nacional con doctorado en Ciencias Económicas y Empresariales terminó al frente del ICBF, que tiene una asignación presupuestal superior a los 8 billones de pesos al año, por recomendación de la Primera Dama (ver Protagonista), quien conoció a Baracaldo porque era su vecina en la unidad residencial en la que vivía la familia Petro Alcocer.

A esto se le suman las dos denuncias que reveló EL COLOMBIANO sobre un estudio en evaluación al interior de la entidad para gastarse hasta 438.265 millones de pesos en la creación de 6.413 nuevos cargos, y sobre 43 organizaciones sociales de todo el país que piden que se aumente por encima del 3 % el presupuesto para la prestación del servicio de protección de niños en situación de vulnerabilidad.

El hecho de que sea una aparente cuota directa de Alcocer ha suscitado críticas como las de Jénnifer Pedraza, representante a la Cámara del partido Dignidad, quien le pidió al Presidente que no improvise con la vida de la niñez. “Esta institución (el ICBF) debe estar en cabeza de alguien con experiencia y competente. No se la siga entregando a la politiquería y la politiquería también es la señora Verónica Alcocer”, cuestionó Pedraza.

A este juicio de valor se sumó el senador Bolívar, quien aseguró que al criticar la gestión del ICBF en La Guajira, Petro “se convierte en el primer presidente capaz de hacer autocrítica a su propio gobierno. Ahora falta que la directora tome correctivos, demuestre que es capaz de enfrentar los retos de su cargo o de un paso al costado”.

La hoja de vida de la Directora Baracaldo ha estado bajo la lupa por su pobre experiencia en asuntos de cuidado y protección de la niñez.

Entre su recorrido profesional, Baracaldo destacó sus más de 17 años de experiencia en el sector público y privado, gracias a su paso por en entidades como el Banco de la República y la Empresa de Energía Codensa-Emgesa, donde fue auditora y asesora de la Oficina de Control Interno y jefe de la Oficina del área de Auditoría. Además, fue directora de Planeación de la Alcaldía de Chía y asesora de Despacho en el municipio de Tocancipá, Cundinamarca.

A pesar de su desconocimiento en temas de niñez, Petro le encargó a la funcionaria la misión de impulsar la Política de cuidados de los niños, niñas y adolescentes, para “lograr una sociedad solidaria y un trato equitativo que permita convertir a Colombia en la potencia de la vida”.

Baracaldo defiende su gestión

Ante los cuestionamientos por asuntos como los nombramientos políticos como los de Parrado y Espinosa (fallido), la Directora del ICBF respondió –el 20 de octubre pasado– que “criticar por un equipo de 10 o 15 personas, donde hay más de 11.000 servidores, denota el interés de querer generar ruidos mediáticos”.

Además, Baracaldo anunció la puesta en marcha de un plan de acción inmediata para reforzar las acciones y contribuir a prevenir la desnutrición y la mortalidad de los niños en La Guajira, tarea que se fijó justo después del jalón de orejas que le dio el Presidente.

Baracaldo prefirió no responder –por ahora– a las inquietudes de este diario y tendrá varias semanas de respiro antes de acudir al debate de control político en la Cámara de Representantes, pues el Congreso no volverá a sesionar hasta marzo de 2023. La alta funcionaria tiene cuentas pendientes en el Legislativo, pues el 28 de noviembre pasado dejó plantada a una audiencia pública a la que se citó para hablar sobre niñez.