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El aire, prioridad del próximo alcalde

Expertos destacan esta problemática entre los desafíos de la próxima administración.

  • Mauricio Andrés Correa - Alejandro Álvarez Vanegas - Fredy López Pérez - Francoise Coupe De Restrepo - María Victoria Toro Gomez
    Mauricio Andrés Correa - Alejandro Álvarez Vanegas - Fredy López Pérez - Francoise Coupe De Restrepo - María Victoria Toro Gomez
23 de julio de 2019
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Aunque el abanico de pendientes en términos ambientales es amplio, los académicos consultados por EL COLOMBIANO coinciden en poner la calidad del aire en el primer lugar. El futuro mandatario local deberá innovar en opciones para tratar esta problemática, que cada año genera contingencias ambientales, especialmente durante los meses de marzo y abril.

Según el informe Medellín Cómo Vamos de 2018, el año anterior la ciudad presentó avances en la concentración en el aire de partículas pm 2,5 (las más peligrosas para la salud humana). Los datos muestran que en 2018 hubo en promedio 26,9 microgramos de estas partículas por cada metro cúbico, menos que en 2017. La meta para 2030 es que esta cantidad llegue a 23.

Para los expertos, es necesario una mayor articulación entre las instituciones de monitorear la calidad del aire: las secretarías de salud, ambiente, movilidad, seguridad y convivencia, Corantioquia y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

Además, algunos académicos apuntan que, ante la gravedad del problema, el próximo alcalde no deberá temer al tomar medidas impopulares para mitigar los efectos ambientales del aire contaminado, como mayores restricciones del uso del transporte particular. Se requiere, además, ajustar que se cumplan los requisitos de emisiones de automóviles que, en muchas ocasiones, son evadidos por los conductores a través de acuerdos con los emisores de este tipo de documentos.

Frente a otros campos ambientales, los profesores destacan la necesidad de que el gobierno local siga el ejemplo de otras ciudades como San Andrés en materia de la eliminación de los plásticos de un solo uso. Algunos, incluso, señalan que la ciudad ha sido tímida en la implementación de este tipo de restricciones, necesarias para mejorar la calidad de vida de los océanos y del planeta.

Así como en términos de calidad del aire se reconocen las limitaciones geográficas de la ciudad –una urbe entre montañas que agravan este tipo de problemáticas–, los expertos invitan a poner las potencialidades de Medellín al servicio de sus necesidades ambientales.

Por ejemplo, aprovechar el centro de la Cuarta Revolución Industrial para pensar en estrategias que permitan reducir contaminantes como los papeles en las escuelas o la reutilización de otras basuras. Hay experiencias anteriores en este sentido, como el tratamiento de los recursos hídricos a través de plantas de tratamiento en el Río Medellín, que dan cuenta de que esta alianza entre la innovación y la sosteniblidad es posible

Implementar medidas en salud pública y calidad ambiental

Mauricio Andrés Correa
Jefe Centro de Extensión Académica - Facultad de Ingeniería – Universidad de Antioquia


Para nadie es un secreto la crisis ambiental que enfrentan los habitantes de la ciudad. Año tras año se nos plantean acciones y se imparten directrices (estados de prevención, alerta), muchas de ellas impopulares (molestia e incomodidad por las restricciones del uso del transporte particular, actividades académicas, deportivas y recreativas) y otras con graves repercusiones económicas y sociales para diferentes sectores en la región (comercio, combustibles, transporte, entre otros), todas ellas conducentes a evitar que se alcancen altos niveles de contaminación del aire y que este fenómeno desencadene delicadas situaciones de salud pública (enfermedades cardiovasculares, respiratorias, neuronales, psicológica, entre otras. Además, de muertes prematuras). Uno de los retos, quizás de los más importantes, al que debe enfrentarse nuestro próximo alcalde es conformar un equipo de trabajo que pueda desarrollar políticas, articular estrategias e implementar medidas de corto, mediano y largo plazo en materia de salud pública y calidad ambiental. Los sistemas vigilancia epidemiológica y ambiental, las alertas tempranas, las medidas de prevención control y vigilancia deben ser los principales aspectos a considerar. Surgen algunas preguntas: ¿Qué medidas se deben implementar para reducir emisiones de contaminantes proveniente de fuentes móviles? ¿Cuáles estrategias se deben impulsar para evitar las malas prácticas (corrupción) en centros de diagnóstico automotriz, donde los propietarios de vehículos obtienen el certificado de emisiones sin cumplir requisitos o sin presentar el vehículo ya que el 50% o más de los vehículos que son requeridos en operativos de control no pasan las pruebas, a pesar de contar con el certificado de emisiones vigente?

Invertir en proyectos vedes que impulsen la sostenibilidad

Alejandro Álvarez Vanegas
Profesor de Ingeniería de Procesos y coordinador de Cultura Ambiental de Eafit

Aunque es claro que cuatro años no tienen los días suficientes para transformar a Medellín en una ciudad en armonía con la naturaleza, un cuatrienio con un gobierno responsable sí sería suficiente para encaminarnos hacia la sostenibilidad en términos ambientales. ¿Cómo? En lo ambiental caben muchas cosas que deberían tratarse por separado, pero señalo tres problemáticas básicas que tendrá que abordar la próxima Administración: la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la contaminación del aire. Además, hay dos asuntos que están alrededor sin ser problemáticas ambientales específicas: la inclusión –como democratización de espacios para el disfrute de la naturaleza– y el fomento de la educación para la sostenibilidad –con énfasis en lo ecológico–. Sin la comprensión de que los beneficios de la naturaleza son para todos y sin el reconocimiento de la educación como herramienta vital para la creación de una cultura sostenible, será muy difícil avanzar. Pero quizá los dos retos más grandes que enfrentará la Alcaldía que viene serán: primero, garantizar la continuidad de lo que se ha hecho y lo que se haga, y segundo, atreverse a tomar decisiones impopulares y a generar algunas incomodidades con tal de hacer lo correcto. Aquí tendrá que reflexionar sobre lo políticamente posible pues la crisis ecológica, determinada por leyes naturales, no se fija en la conveniencia política. ¿Una estrategia concreta que reúna todo esto? Invertir en infraestructura verde que le reste motores a la ciudad –impulsando una movilidad sostenible con menos emisiones de gases de efecto invernadero y de material particulado– y abra espacio para la biodiversidad y para las personas, permitiéndoles educarse y disfrutar de las maravillosas contribuciones que nos hace la naturaleza.

Se requiere de decisiones audaces frente al uso del plástico

Fredy López Pérez
Docente Investigador Ingeniería Ambiental – Universidad de Medellín

Medellín es una ciudad de alta complejidad ambiental. Su configuración físico espacial, su número de habitantes, el modo cómo se pobló, y la oferta de recursos físico naturales disponibles, su biodiversidad y sus servicios ecosistémicos, crean una realidad ambiental llena de dificultades. La principal de ellas tiene que ver con la calidad del aire que respiramos, como es de amplio conocimiento y apropiación social. Al respecto, quien asuma la Alcaldía tendrá que saber dotar al Plan Integral de Gestión de la Calidad del Aire del Valle de Aburrá, Pigeca, de la institucionalidad necesaria, pero más que nada, de capacidad de acción y de negociación con grupos de interés para evitar que se quede en una buena intención. Otros retos ambientales relevantes tienen que ver con las alternativas a la población en laderas, de manera que se estimule una densificación ordenada de la parte baja del Valle; con la mejora de las condiciones del sistema de afluentes del río Aburrá y con los vertimientos sobre el cauce principal; con el ritmo de generación de residuos sólidos y la reducción de la presión sobre el lugar de vertimiento, entre otros destacados. Medellín ha sido una ciudad tímida en declarar restricciones a los plásticos de un solo uso, pitillos, desechables e icopor; sobre eso se necesitan decisiones audaces. De igual manera, la ciudad debe hacer un esfuerzo por apropiar la discursividad y la agenda pública sobre el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y conseguir que muchos públicos de interés se familiaricen con ese reto. Por último, es necesario que lo ambiental se posicione como un asunto de interés público con todo lo que ello implica: lo ambiental no puede reducirse a las esferas privadas y a las iniciativas individuales, sino ser parte del espacio más colectivo posible.

Propiciar proyectos para afrontar el cambio climático

Francoise Coupe De Restrepo
Profesora Emérita de la Universidad Nacional sede Medellín

Un primer reto es reconocer los límites de Medellín: una ciudad construida entre montañas sin grandes reservas de tierras, altamente dependiente de una región con la cual se comunica por vías deficientes; una ciudad inequitativa en su interior y en su relación con la región que le aporta recursos... y que recibe residuos, con escasas compensaciones; una ciudad asfixiada por un tráfico intenso e individualista, por la escasez de espacio público y el aire contaminado por diferentes fuentes... Entre estos límites, algunos asuntos deben atenderse urgentemente: En vivienda: los inquilinatos que se multiplican y donde se expresan las mayores vulnerabilidades a la población y la acelerada ocupación de las zonas de riesgo cuyos habitantes requieren participar en programas de mejoramiento integral de barrios. En materia ambiental y de espacio público, promover el empoderamiento por parte de los vecinos de las obras ejecutadas, para garantizar su mantenimiento y apropiación; propiciar la gestión de nuevos proyectos para afrontar el cambio climático; ordenar la ocupación de espacios para desarrollar actividades del sector informal y buscar el establecimiento de comercio en entornos barriales. En materia de ordenamiento territorial, formularse preguntas pertinentes para la primera revisión del Acuerdo de 2014: ¿Cómo concebir programas de renovación a orillas del río en las tierras más costosas del valle, cuando experiencias anteriores han fracasado? ¿Cómo sacar conclusiones de los análisis de las dinámicas poblacionales, en proceso de entrega por el Dane? ¿Cuál es el impacto del desplazamiento de residencias hacia el valle de San Nicolás? Medellín se transforma aceleradamente y por lo tanto, exige actualizaciones permanentes de los diagnósticos y respuestas sin dilación.

El alcalde debe fortalecer el proyecto Redaire

María Victoria Toro Gomez
Grupo Investigación Ambiental – GIA - UPB

La encendida polémica sobre la calidad el aire tiene muchos frentes, uno de ellos son los debates entre políticos, gremios económicos, medios de comunicación y redes sociales. Los resultados no podrían ser más dañinos, sobre todo por la confusión, pues la mayoría cree que el conocimiento local del fenómeno es deficiente y los estudios no reflejan la realidad y por lo tanto no hay porqué implementar medidas que dificultan la ya crítica movilidad urbana. Es esencial que se tenga en cuenta a Redaire, convenio de cooperación científica y tecnológica creada en 1992 para la articulación entre la academia y el Estado. Actualmente es reconocida a nivel internacional por el rasgo poco común en la unión de estas instituciones que ha permitido construir el conocimiento para dar el soporte científico a los planes de descontaminación del aire de 1998, 2010 y 2017. Redaire ha estado tras bambalinas conociendo el problema, educando profesionales, capacitando las autoridades, compartiendo conocimiento, contribuyendo a la toma de decisiones, evitando la distribución de datos sin análisis que obligan a la toma de decisiones, en algunas ocasiones erradas por la presión de las redes sociales y de los gremios. Actualmente hay tecnologías para evaluar la contaminación que no poseen certificación, reportan datos a los ciudadanos, pero lastimosamente sin conocimiento, creando desinformación por la falta de la correcta interpretación y análisis ocasionando pánico en la comunidad. La discusión debe ser realmente objetiva, desapasionada y especialmente sin protagonismo, en donde se expongan los resultados de estudios de la región desarrollados en estos 28 años, información que puede ser consultada de manera pública y así aportar a la solución de los problemas de la calidad del aire en la ciudad.

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