María Camila Pinillos Benavides es una mujer que está enfrentando una situación familiar caótica, porque su padre, quien según ella la abandonó cuando era una bebé, volvió y le interpuso una demanda por alimentos en Bogotá.
Esta abogada de 32 años contó al programa Séptimo Día del Canal Caracol que su padre, Armando Pinillos Triviño, nunca la buscó a ella ni a su mamá. Aunque la reconoció legalmente como su hija, fue un papá ausente en cuestiones económicas y emocionales.
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“Si él nunca vio por mí, entonces yo que soy una mujer joven, que estoy procurando salir adelante, ¿tengo qué sacar mi dinero para dárselo a él?, ¿por qué?”, dijo María Camila.
Mixi Benavides, la madre de María, se hizo cargo de su hija hasta los cinco años en medio de varias dificultades. La situación fue tan difícil que hasta doña Mixi se vio en la obligación de irse a España para buscar un mejor futuro, y así dejar a María al cuidado de su abuela.
“Yo sé que tenía un papá, sé que tenía el apellido de él, pero nada más. Solo eso”, agregó Pinillos, quien pasó por el colegio y por la universidad sin saber quién era su padre.
“Yo busqué a mi papá por Facebook. Le empecé a escribir porque sabía cómo se llamaba y porque sabía que vivía en Bogotá. En una de esas peticiones me decía que sí, pero nunca pasaba nada”, explicó la joven al medio de comunicación citado.
En 2015, María Camila se graduó como abogada en medio de grandes deudas y empezó a trabajar ganando un salario mínimo mientras su padre seguía ausente, “con dos empresas, con bienes raíces y viviendo en una exclusiva zona” de la capital colombiana.
“Amando me dijo en 2020 que eventualmente iba a mirar si demandaba a su otro hijo (que tuvo con otra mujer), quien estaba en el exterior, porque yo ahora estoy necesitando un dinero y le pedí una ayuda a él y no me la dio. ‘Pero como usted es mi hija y es abogada, no le voy a pedir nada porque yo sé cómo está en estos momentos’”, añadió.
Sin embargo, su padre la citó ante la Comisaría de Familia de Chapinero para hacer una conciliación económica, pero luego los demandó a ambos por alimentos. Esto consistía en que María debía entregarle a su padre 450.000 pesos y su hermano, 2 mil dólares.
En total, de todas las cuotas, actividades lúdicas, ropa y demás gastos que Armando Pinillos dijo al juez poseer, sus hijos debían darle de 9 a 12 millones de pesos, pues eso era con lo que se sostenía mensualmente.
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