Sobre las 3 de la tarde de este jueves llegó a Bucaramanga el menor de edad que se quemó en un trapiche panelero en Santander.
Pasadas las 10 de la mañana, el niño, de tres años, cayó en la caldera de dicho trapiche. El accidente ocurrió en la vereda San Juan Nepomuceno, de San Joaquín.
El menor de edad fue llevado al Hospital Regional de San Gil, en donde un equipo médico lo estabilizó y lo remitió a Bucaramanga. Allí, siendo las 4 de la tarde, el niño fue trasladado al Hospital Universitario de Santander (HUS).
A las 8 de la noche, el hospital emitió un comunicado sobre el estado de salud del niño. Aclaró que el menor de edad sufrió quemaduras de tercer grado en más del 95 % de su cuerpo.
“El paciente se encuentra en estado crítico debido a la gravedad de las quemaduras y el pronóstico es reservado”, afirmó Carlos Enrique Ramírez, coordinador de la Unidad de Quemados del hospital.
En su momento, Carlos Ariza, jefe del cuerpo médico de Urgencias del hospital sangileño, explicó que la remisión era urgente. Por esta razón, familiares y autoridades solicitaron el transporte aéreo.
La petición fue elevada a la Secretaría de Salud departamental, al Ejército Nacional –teniendo en cuenta que el padre del niño es soldado profesional- y a la Unidad de Gestión del Riesgo de Santander.
En el operativo que auxilió al niño participaron Gestión del Riesgo, el Ejército Nacional y la Gobernación de Santander.