No era lo que esperaba el Congreso y mucho menos el Gobierno Nacional. El fallo de la Corte Constitucional tumbó uno de los ejes de la reforma de Equilibrio de Poderes: la eliminación del Consejo Superior de la Judicatura y la creación de una nueva forma para administrar la Rama Judicial.
No era para menos. Esa decisión echó al traste, una vez más, la iniciativa de este Gobierno de reformar la Justicia, pues desde que Juan Manuel Santos es presidente no se ha podido hacer.
Al contrario, se cumplieron los augurios de que la Corte Constitucional reviviría parcialmente la Judicatura. Además, ese tribunal tiene en sus manos otro ‘pez gordo’: si deja viva o no la Comisión de Aforados, que se creó en reemplazo de la inoperante Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes.
En entrevista con Colprensa, el ministro de Justicia, Jorge Londoño, da cuenta de esa decisión que se va a respetar.
Con la decisión de la Corte queda un sistema híbrido entre lo que estaba antes y lo que quedó de la reforma. ¿Cómo se podrá armonizar el funcionamiento de la Rama Judicial?
“En efecto tendríamos un sistema híbrido. Por ejemplo, tendríamos la sala administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, junto con la estructura disciplinaria de jueces y empleados de la Rama que se diseñó en el Acto Legislativo 02 de 2015, como parte de un modelo diferente. Ahora debemos buscar el mejor camino para evitar traumatismos en los servicios de justicia que reciben los ciudadanos”.
¿Cuál es la principal crítica que el Gobierno le hace a la Sala Administrativa de la Judicatura?
“No creo que se pueda hablar de una crítica principal a la Sala Administrativa, pero sí es necesario superar algunas falencias en la dinámica de su funcionamiento, que han llevado, entre otras cosas, a bajos niveles de ejecución de los recursos de inversión de la Rama, a dificultades de implementación de los modelos de gestión de los despachos judiciales y a limitaciones en tecnologías de la información en la Rama Judicial”.
Los magistrados de la Sala Administrativa harán las listas para elegir a los integrantes de la Comisión Nacional de Disciplina y de la Comisión de Aforados, ¿habrá riesgo de parcialidad?
“Lo ideal es que exista un equilibrio, una separación clara de funciones y un autocontrol en la Rama. En ese evento sí sería inconveniente que la Sala Administrativa acumulara todas estas funciones”.
Como sigue la Judicatura, ¿ya se habló algo en materia de presupuesto?
“En este momento no se ha conversado nada respecto al presupuesto, pero lo que sí es claro, de acuerdo con el fallo, es que el Consejo Superior de la Judicatura será el que continúe administrando esos recursos”.
¿La decisión de la Corte implica que no se puede modificar estructuralmente la Constitución? ¿Qué hacer para reformar la justicia?
“Como ya lo he dicho, creo que es necesario impulsar múltiples reformas, tanto en el plano legislativo como en el plano social. Es importante fortalecer la justicia para que llegue a la totalidad del territorio colombiano. Pero la reforma no se debe centrar exclusivamente en cambios para la Rama Judicial. Las medidas que se continúen y las nuevas que el Ministerio desarrollará estarán dirigidas al fortalecimiento de la justicia en todos los frentes”.
¿Como cuáles?
“Será de gran importancia profundizar en el diseño de modelos procesales, en la incorporación de tecnologías de la información a la justicia, en el fortalecimiento de los mecanismos alternativos de solución de conflictos, en la reorganización de la justicia administrativa, en el mejoramiento de la formación de los abogados, en el fortalecimiento de la política criminal, en el diseño de la jurisdicción rural y agraria, en la implantación de la cultura de la legalidad, todo con el propósito de lograr una real tutela de los derechos de la ciudadanía y de aportar al posconflicto y al ideal de paz que todos queremos”
Se habla de una salida mediante una Asamblea Nacional Constituyente, ¿le suena la idea?
“No, lo he dicho y seguiré sosteniéndolo: este no es el momento para una Asamblea Nacional Constituyente. Un proceso de paz ad portas de firmarse, unos acuerdos de La Habana que están por terminar. No resistiría el país una Asamblea Nacional, que se sabe cómo inicia, pero no cómo termina, porque es el constituyente primario en ejercicio y ahí se podría plantear, por ejemplo, que los acuerdos no se aprobaran. Sería un salto al vacío y, por ahora, no estaríamos de acuerdo con que se convocara”.
Si no es la Constituyente, entonces, ¿cuál puede ser el camino para la reforma?
“Es un camino que tenemos que explorar. Podríamos pensar en presentar una nueva ley, podría pensarse en que se rescaten algunos asuntos importantes de la Ley Estatutaria de Justicia que está haciendo trámite en el Congreso, podría mirarse si es conveniente o no adecuar la Comisión de Aforados a la nueva decisión, pero todo dependerá de conocer el fallo”.