Los colombianos empezaron a protestar este jueves en rechazo del gobierno de Iván Duque, que enfrenta la mayor convocatoria en su contra justo en momentos en que su popularidad está en rojo tras quince meses de haber asumido el poder.
El grupo de convocantes, que incluye sindicatos, estudiantes, indígenas, ambientalistas y opositores de Duque, llamaron a un “paro nacional” en las ciudades principales e intermedias contra las políticas económicas, sociales y de seguridad del mandatario.
“Es un acumulado de situaciones que esperamos nosotros que, así sea en una gran mesa nacional de concertación, empecemos a revisar todo esto luego de la jornada”, explicó a AFP Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederación General del Trabajo.
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En Bogotá se observaba en la mañana una inusual reducción del flujo vehicular y de peatones. Las autoridades dieron un parte de “tranquilidad” pese a una serie de bloqueos en el sistema de transporte masivo y vías.
En la capital se desplegaron unidades militares a pedido de la alcaldía para proteger “instalaciones estratégicas”.
Otras ciudades siguieron la misma instrucción, que provocó la “preocupación” de la oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. “Los Estados deben limitar y condicionar al máximo el uso de las fuerzas militares para el control de disturbios internos”, indicó en un comunicado.
Reportan vandalismo y explosivos incautados
Desde la madrugada de este jueves, las autoridades reportaron hechos de vandalismo relacionados con el paro nacional. El director de la Policía, general Óscar Atehortua señaló que en Medellín, Popayán, Barranquilla y Manizales se registraron actos irregulares.
En la Universidad Nacional de Palmira hallaron 30 artefactos explosivos improvisados, mientras que en la Universidad de Antioquia, en Medellín, las autoridades hallaron personas encapuchadas que habrían hurtado más de 500 millones de pesos. Según el reporte de las autoridades, los encapuchados habrían sacado el dinero de un cajero electrónico que dejaron totalmente destruido y con supuesto material explosivo alrededor del mismo. Sin embargo, oficiales descartaron cualquier amenaza.
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En Popayán, por su parte, las autoridades incautaron 490 gramos de pólvora negra y clorhidrato de potasio, que serían utilizados durante la jornada del paro.
En Barranquilla, capturaron dos personas que estaban haciendo grafitis, y en Manizales lanzaron dos papas bombas.
Mientras que en Norte de Santander las autoridades incautaron 135 artefactos explosivos improvisados incendiarios.
El general aseguró que tales desmanes y situación de tensión están totalmente controlados con más de 230.000 uniformados, drones y helicópteros que hacen guardia a menudo en el territorio nacional.
Desde el PMU también estuvo la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, quien reiteró el llamado a una protesta pacífica.
“El presidente Iván Duque ha hecho un llamado para informarle al país que se garantiza el derecho a la protesta pacífica. Las autoridades estamos para garantizar la vida, la honra, los bienes y el bienestar general de la población. No toleraremos hechos de violencia. Quienes salgan a manifestar deben hacerlo pacíficamente”, dijo.
Junto al director de la Policía insistió en que el Gobierno y la Fuerza Pública garantizan los derechos de quienes hacen parte de la movilización y de los terceros que no participan en ella.
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Los motivos de la protesta
Las centrales obreras convocaron a la protesta social el mes pasado, y desde entonces se les sumaron diversos sectores que medirán el pulso de Duque, incapaz de consolidar mayorías en el Congreso y con duros reveses de su partido, el Centro Democrático, en las elecciones locales de octubre.
El presidente reconoció el miércoles en una alocución televisada la legitimidad de algunos reclamos, aunque reiteró que hay una campaña basada en “mentiras” contra su administración, que busca desatar la violencia.
“Al tiempo que reconocemos el valor de la protesta pacífica, también garantizaremos el orden”, afirmó.
El movimiento obrero rechaza supuestas reformas gubernamentales para flexibilizar el mercado laboral y cambiar el sistema de pensiones, los indígenas exigen protección luego del asesinato de 134 comuneros desde que asumió Duque, y los estudiantes, más recursos para la educación pública.
Todos cuestionan las políticas económicas del gobierno, su política de seguridad enfocada en el combate del narcotráfico y su intento de modificar el pacto de paz que llevó al desarme de la exguerrilla Farc en 2016.
El llamado paro nacional ha generado una especial expectación por la convulsión social que, sin denominador común, ha sacudido a Ecuador, Chile y Bolivia.
Colombia ordenó el cierre de sus fronteras hasta el viernes para garantizar la “seguridad”.
Los principales hechos por ciudad
Aunque, en general, el ambiente es de tranquilidad, ya se han presentado algunos choques entre autoridades y protestantes.