Después de 18 días de angustia, Lyan José Hortúa, de 11 años, regresó a los brazos de su familia. La liberación del niño, secuestrado el 3 de mayo en Jamundí, Valle del Cauca, se concretó este 21 de mayo tras una compleja negociación con el grupo armado que lo mantenía en cautiverio, según han revelado miembros de su familia que a la vez cuestionaron la diligencia del gobierno Nacional.
Su familia, quien denunció falta de resultados por parte de las autoridades, se vio forzada, según su relato, a pagar un millonario rescate a sus captores. El secuestro se produjo el pasado 3 de mayo, cuando hombres armados irrumpieron en la casa de los padres del menor, en una parcelación residencial del corregimiento Potreritos, en Jamundí (Valle).
El niño Lyan jugaba dentro de su casa en zona rural de Jamundí (Valle). Eran las 6:30 de la noche y afuera llovía. De repente, las cámaras de seguridad de la vivienda registraron el momento en que cinco hombres armados y con pasamontañas ingresaron a la fuerza. El secuestro ocurrió en cuestión de cinco minutos. Uno de los raptores tomó al niño por el cuello para evitar que escapara: los demás intimidaban con armas largas a los padres del niño y a la colaboradora del servicio doméstico.
De los 18 días que estuvo secuestrado, el niño pasó por lo menos cuatro de ellos amarrado, a merced de los captores, según su padrastro Joshua Suárez.
Fue su tío, Sebastián Bonilla, quien reveló en entrevista con la emisora La FM que los familiares optaron por pagar una importante suma de dinero a la estructura ilegal Jaime Martínez, de las disidencias de las Farc, quienes irrumpieron en la vivienda del niño para raptarlo.
“️Nos vimos en la obligación de pagar un rescate. El valor me lo reservo por seguridad del niño y por nuestra propia seguridad”, afirmó Bonilla.
Según el testimonio del tío de Lyan, una familiar cercana —una mujer que describió como “muy valiente”— asumió el rol de negociadora con los secuestradores. “Ella pudo negociar y llegar a acuerdos para rescatar a mi sobrino”, relató Bonilla. “La verdad es que nos dejaron endeudados”.
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La última etapa del proceso se dio entre la noche del martes 20 de mayo y la mañana del miércoles 21. El padrastro del niño, Jorsuar Suárez, fue citado por los delincuentes para concretar el acuerdo en una zona rural de Santander de Quilichao, Cauca, según informó El Tiempo. Sin embargo, quien recibió directamente al menor fue la misma prima que participó en la negociación.
El niño fue entregado en condiciones físicas estables, aunque en evidente estado de conmoción emocional. Tras ser recibido por la Defensoría del Pueblo y otros familiares, fue trasladado de inmediato a la Clínica Valle del Lili, en el sur de Cali.
A través de un comunicado, la Fundación Valle del Lili confirmó que el menor ingresó al centro médico el 21 de mayo a las 6:32 p.m. Allí fue valorado por los equipos de pediatría, trabajo social, psicología y psiquiatría infantil.