La visita a Alemania que Rodrigo Londoño, más conocido como Timochenko, y la senadora Sandra Ramírez –exmiembros del Secretariado de las Farc– tenían planeada para esta semana, se frustró por el temor de ambos excombatientes a un una orden de captura internacional que podria derivarse del secuestro de cuatro alemanes en 2001.
Los firmantes del Acuerdo, Timochenko y Ramírez, planeaban viajar a Berlín en la segunda semana de noviembre invitados por la ong de izquierda Berghof, pero decidieron declinar la oferta a último minuto con el argumento de “falta de garantías jurídicas”.
El Gobierno de Alemania, aseguraron, no podía garantizar que Interpol no fuera a realizar un requerimiento “de última hora” cuando Londoño pisara ese país, y por eso los exFarc prefirieron evitar el dolor de cabeza y vivir la experiencia de su colega Rodrigo Granda, días atrás en México.
Timochenko y Ramírez tiene circulares rojas de Interpol suspendidas por los crímenes cometidos en Colombia, según confirmó la Policía a este medio, pero no se refirió a los casos internacionales.
El motivo para no viajar
La experiencia de Rodrigo Granda en México el pasado 20 de octubre, a quien le negaron la entrada por una orden de captura vigente en Paraguay, por la presunta colaboración en el secuestro y homicidio de Cecilia Cubas, hija del expresidente Raúl Cubas, fue lo que asustó a los dos exjefes guerrilleros, como le confirmó Judith Castro, pareja de Londoño, a EL COLOMBIANO.
La mujer aseguró que no recibieron advertencias puntuales como en el caso de Grada, en el que las autoridades de Colombia aseguraron haber alertado al llamado Canciller de las Farc de la orden de captura con fines de extradición que existía en su contra en Paraguay.
La embajada alemana también le confirmó a este medio la cancelación del viaje que estaba planeado a Berlín, aunque no dio mayores detalles sobre los motivos. Sin embargo, EL COLOMBIANO conoció por una fuente ajena a la diplomacia, que esta visita “tenía encartado al Gobierno alemán”.
Los secuestros endilgados
Así como el caso de Cubas, en Latinoamérica, el de Lothar Hintze causó mucha molestia en Alemania. El hombre secuestrado a los 57 años y liberado a los 62, vivía en Prado, Tolima, cuando lo sacaron de su casa en marzo de 2001. En ese tiempo, su familia pagó a las Farc varias veces, motivada por la promesa de su libertad.
Sin embargo, después de muchos intentos lograron su liberación. Ese mismo año, el frente Jacobo Arenas plagió a otros tres alemanes: Thomas Künzel, Ulrich Künzel y Reiner Bruchmann, que trabajaban en la Agencia de Cooperación Técnica Alemana (GTZ), en el municipio de Silvia, en Cauca. Ese 18 de julio, el grupo iba hacia el cabildo indígena de Quizgó, para revisar los proyectos que adelantaba la agencia con la comunidad.
La liberación no se dio por la buena voluntad de la guerrilla, sino porque uno de los hermanos pudo escapar, desmoralizando a sus captores, que en octubre de 2001 entregaron a los otros dos extranjeros, después de la gestión de la gestión de la Cruz Roja Internacional y el Gobierno de Alemania.
Bajo este escenario, este miércoles regresarán a Colombia los líderes exguerrilleros desde París, Francia, en donde Rodrigo Londoño participó, con Juan Manuel Santos, en el Foro Mundial de la Paz, para hablar sobre los cinco años de la firma del Acuerdo (ver paréntesis)
