Greiber Eduardo Berrío, un joven de 19 años, caminaba por las calles de Bosa, en Bogotá, cuando una jauría de perros lo atacó. El diagnóstico médico fue desalentador: las mordidas de los nueve perros que se fueron sobre él infectaron ambos brazos, por lo que tuvieron que ser amputados.
Meses después, los abogados del joven y su familia presentaron una denuncia por lesiones personales ante la Fiscalía en el Complejo Judicial de Paloquemao para buscar respuestas sobre la responsabilidad del ataque.
“La Fiscalía tiene la obligación de iniciar una investigación cuando existe algún tipo de hecho que caracteriza un delito. En este caso, existen unas lesiones”, declaró Ibrahim Guerrero, abogado binacional y especialista en derecho penal, para City TV.
La denuncia llega tres semanas después de que Berrío pudo salir, por fin, de la UCI donde tuvo que luchar por su vida. Desde que llegó de nuevo a casa, sus abogados han realizado las investigaciones pertinentes y determinaron que, a pesar de la gravedad del caso, y de que el predio donde fue atacado Berrío pertenece al Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), no existen procesos investigativos para determinar responsabilidades. De hecho, encontraron que ni siquiera hubo un reporte policial el día del ataque.
Entérese: Otro joven fue víctima de un ataque de perros callejeros en la localidad de Bosa, en Bogotá
El joven le pide a las autoridades que su caso no quede en el olvido. “Quedé traumado. Cada vez que recuerdo ese día me da miedo. No puedo ver perros porque siento que me van a atacar”, le dijo al medio citado.
En su denuncia también resalta que en reiteradas ocasiones alertaron a las autoridades sobre el peligro que representaban estos perros en las calles de la localidad de Bosa. Sin embargo, las denuncias no fueron atendidas.
“Cerca a la casa, anteriormente, pasó un caso parecido, similar a este, no de tanta magnitud, y la gente llamó, pero han hecho caso omiso. Con mi hijo ya van cinco personas mordidas y la verdad todo fue más grave con mi hijo”, dijo el padre del joven el día del ataque.
Además de perder sus brazos, el joven perdió sus orejas. Fueron 150 mordeduras. “Por favor, agarren mi caso”, dijo el joven a la Fiscalía.
Lea aquí: Cayeron dos bandas de contrabando en Bogotá: una repartía tusi en la capital y otra cocaína al exterior