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“A caballos vamos pa’ clase”. Joven entró cabalgando a su grado de bachiller

Lo hizo como reconocimiento por el servicio que le prestó el animal para llegar a clase en medio de inundaciones.

  • Con la mano derecha controla al corcel blanco y con la izquierda el acta de grado. Foto: Redes Sociales.
    Con la mano derecha controla al corcel blanco y con la izquierda el acta de grado. Foto: Redes Sociales.
11 de diciembre de 2022
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Imer Baldovino es bachiller y campesino de la Institución Educativa San José Majagual, en Sucre. Recibió su diploma de bachiller montando un caballo blanco mientras iba vestido con una túnica negra. Según parece, el corcel fue su único transporte desde hace más de un año y medio.

Imer, según le contó al diario El Tiempo, debía recorrer aproximadamente una hora a bordo de su animal, desde la vereda El Ciego, un caserío conformado por las fincas de Majagual, hasta la institución educativa en la que estudiaba.

El día de grado es una fecha importante para muchos, donde se espera el acompañamiento de amigos y familia, de quienes colaboraron en el proceso escolar desde el inicio o que en algún momento dieron su apoyo. Pues aquí su caballo fue el más importante y también y por eso también tenía motivos para ser el invitado especial de Imer; sin él posiblemente no hubiera llegado a clases el sucreño.

“Es mi amigo fiel”, así lo describió Imer, mientras hacía la petición a sus profesores para poder asistir con su corcel a la ceremonia de grados. Y es que el caballo lo acompaño “en esos recorridos con inundaciones” por el desbordamiento del río Cauca.

El colegio está ubicado en la región de La Mojana, una de las zonas que ha sido afectada principalmente por la ola invernal por la que está pasando el país. En la zona no solo son frecuentes las inundaciones, no solo por el río Cauca, sino por el San Jorge, caños y ciénagas.

Las carreteras se encuentran en grave estado, pues ninguna esta pavimentada. La gente debe pasar las motos por canoa. Tanto así que el estado de las vías impedía sacar los productos de los campesinos para su comercio y la llegada de los jóvenes a sus colegios.

El caballo no es de Imer, sino de un finquero vecino que trabaja en los oficios de la vaquería, en el mismo lugar donde Imer se dedica a encerrar los animales y ordeñar vacas, entre otros oficios. Ahora, el joven, de 17 años, espera poder iniciar sus estudios en ingeniería agropecuaría, aunque no se ha inscrito en ninguna universidad. No cuenta con los recursos, pero tiene la expectativa de que el Gobierno lo ayude para ingresar a la educación superior.

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