El Castillo Marroquín, situado en el municipio de Chía, Cundinamarca, fue construido por Lorenzo Marroquín Osorio, hijo del expresidente José Manuel Marroquín. Su edificación comenzó en 1898 y se completó en 1900. Desde entonces, la propiedad ha estado permeada de eventos inusuales.
Esta estructura, que combina estilos europeos, predominantemente el neogótico y el renacentista, la convierte en única en la región. Originalmente, el castillo fue utilizado como una residencia privada por la familia Marroquín. Con el tiempo, debido a su belleza, se convirtió en un lugar codiciado y fue utilizado para diversos fines, incluidos eventos sociales y culturales.
Se dice que dentro de sus muros se llevaron a cabo reuniones que culminaron con la venta de Panamá a Estados Unidos en 1903. El castillo pasó por un período de abandono y deterioro. En la década de 1940, fue alquilado y convertido en un cabaret.
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En 1952, el castillo fue nuevamente alquilado, esta vez para albergar un hospital psiquiátrico. Durante este período, se reportaron dos suicidios de internos.
En 1968, el magnate petrolero venezolano Guillermo Villasmil adquirió el castillo. Villasmil procedió a renovar y embellecer el castillo, sin embargo, el extranjero murió en un accidente aéreo el día que se iba a mudar.
Durante los años 80 y 90, en medio del auge del narcotráfico en Colombia, la propiedad pasó a Juan Camilo Zapata Vásquez, vinculado con los narcotraficantes Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha.
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