Toda una “telenovela morbosa” –como dijo su familia– se está tejiendo detrás del crimen de Esteban Mosquera Iglesias, el líder estudiantil asesinado en el centro histórico de Popayán el pasado 23 de agosto.
En efecto, las versiones iniciales que relacionaban el caso con su activismo social durante los meses del paro nacional, comenzaron a desteñirse por cuenta de lo dicho por los sicarios que le propinaron los tres tiros que acabaron con su vida.
Debido a su testimonio, la Fiscalía ahora tiene entre las hipótesis del caso presuntos conflictos familiares relacionados con una herencia que le quedó a Mosquera tras la muerte de su abuela adoptiva –miembro de una prestigiosa familia payanesa–, quien era su acudiente directa debido a que su madre falleció cuando él tenía 7 años.
La versión de los sicarios, que fue descartada de tajo por la familia de Mosquera, emergió durante las audiencias que la Fiscalía ha realizado para esclarecer un crimen que conmocionó a Popayán y por el que se hicieron velatones y se pintaron grafitis en la esquina del colegio San José de Tarbes, del barrio La Pamba, contiguo al que vivía Esteban.
En esa esquina, el joven de 26 años y que estudió Música en la Universidad del Cauca, fue asesinado por dos hombres en moto. Eran las 6:15 p.m. y él caminaba hacia su casa en compañía de ‘Ayní’, una perra que adoptó en una vereda de Popayán y que lo seguía en sus tareas de liderazgo social.
Los dos asesinos –de 18 y 20 años– que resultaron ser primos fueron capturados cuatro días después en los barrios Los Sauces y Junín, luego del seguimiento de cámaras de seguridad y la información que un testigo protegido suministró, al parecer, por el anuncio de $50 millones de recompensa. En esos operativos también cayó un joven de 17 años que estaría relacionado con el caso, pero que tiene en sus antecedentes otro proceso por homicidio.
Con la captura de los primos, integrantes del grupo delincuencial ‘Los Ovejos’, se prendió el ventilador que permitió dar con dos fichas claves del proceso: Micheline Vásquez Murillo, alias ‘Michelín’, y Édgar Alexander Méndez, alias ‘el Pollo’, capturados en el barrio Santa Fe, de la ciudad de Cali, y quienes fueron enviados a la cárcel el 26 de septiembre.
Los primos Breiner Alexander Narváez Ruíz y Esteban Narváez Ramírez –los sicarios– fueron contactados un día antes del crimen por ‘Michelín’ y ‘el Pollo’, quienes les ofrecieron $5 millones para matarlo.
‘Michelin’ se habría encargado de hacerle seguimiento a Esteban desde que salió de su casa hasta el Parque Caldas, y luego cuando regresó a su vivienda, como reveló la Fiscalía con base en videos de cámaras de seguridad; alias ‘el Pollo’ habría contactado a los primos y les dio el arma.
Ahora la pregunta de los investigadores es: ¿quién contactó a ‘Michelín’ y a ‘el Pollo’ para que mataran a Esteban? Y aunque la respuesta no es contundente, uno de los implicados habría dicho durante las audiencias que la familia de la víctima estaría involucrada.
Esa revelación revivió comentarios sobre la mala relación que Mosquera Iglesias tenía con dos de sus tías. En un video grabado por él mismo, y difundido después de su muerte, narró que tenía una demanda por abuso de confianza y un proceso de violencia intrafamiliar con ellas.
El primer proceso está relacionado con los dineros que le donaron luego de la herida que le quedó en el ojo izquierdo, tras recibir un impacto de un agente del Esmad, en diciembre 2018 durante una jornada de manifestaciones en Popayán: “Nunca respondieron (sus tías) sobre qué pasó con mi dinero”. Y con el segundo proceso denunció la vulneración de sus derechos, ya que sus tías cerraban con llave el baño para que no lo usara, y le pusieron candado a la puerta de la cocina, a la lavadora y a su piano.