En la misiva, de cuatro páginas y fechada el 22 de abril, el excanciller también lanza pullas contra el hoy ministro del Interior, Armando Benedetti –a quien acusó de ser “un enfermo”–, así como a la canciller Laura Sarabia, señalando que “le satisfacía algunas necesidades personales” al primer mandatario. Inclusive, advirtió que como presidente Petro incurre en abuso del poder y que nunca se pudo sentar con él para “trazar la política exterior del Estado”.
A continuación, las 10 frases más demoledoras y alarmantes de la carta del excanciller Álvaro Leyva enmarcadas en el necesario contexto que da alcance y dimensión a sus palabras:
1. “Fue en París donde pude confirmar que usted tenía el problema de drogadicción”
Sin duda, la frase más demoledora de Leyva contra Petro es en la que confirma que el jefe de Estado tiene un “problema de drogadicción”. El excanciller hace referencia al viaje que realizó el mandatario en junio de 2023 a París, Francia, donde cambió los planes y decidió alargar su estadía sin razón aparente.
Ese cambio en el itinerario de Petro se justificó en que se iba a reunir con altos directivos de la compañía Dassault Aviation, una de las empresas en puja para hacerse al millonario proceso para renovar la flota de aviones de combate de la Fuerza Aérea. No obstante, se confirmó que el encuentro se canceló y tuvo “agenda privada”.
Frente a ello, Leyva evocó la situación y, reivindicándose como “primer testigo”, expresó su “desazón y desconcierto”. Según el excanciller, Petro “se desapareció dos días” y sugirió que ya la inteligencia francesa conocía su paradero.
“Momentos embarazosos para mí como persona y como su canciller. Y mucho más cuando supe en dónde había estado. Me apena decirlo hoy –tarde ciertamente–, pero por esa época ya tenía conocimiento de episodios suyos de similar comportamiento. Fue en París donde pude confirmar que usted tenía el problema de la drogadicción”, explicó el excanciller.
En esa línea, Leyva cuestionó qué podía hacer ante esa situación y manifestó su impotencia por no haber asistido al mandatario. “Seguro fui inferior. Lo he debido aproximar, ayudar, asistir oportunamente. Guardo en mi interior la pena de no haber intentado extenderle la mano. Lo cierto as que nunca se repuso usted. Es así. Su recuperación lastimosamente no ha tenido lugar”, agregó.
2. Laura Sarabia “era la dueña de su tiempo, le satisfacía algunas necesidades personales”
En la carta, Leyva se refiere al rol de Laura Sarabia en el Gobierno y advierte que cuando esta se desempeñaba como jefe de gabinete, era usual que lo hiciera esperar “por horas” con la excusa de que “eventualmente” podría ser recibido por el presidente.
“Tantas veces ocurrió lo mismo que finalmente comprendí que ella era la dueña de su tiempo, de algunos quehaceres suyos y que, además, le satisfacía algunas necesidades personales”, alegó el excanciller, alegando además que Petro “no hablaba recurrentemente con sus ministros. Casi nunca. Encontré que su círculo de confianza era bien reducido. Entre los ministros lo comentábamos. Yo, el mayor, me convertí en escucha de varios”.
3. Benedetti “estaba adicto a las drogas (...) se trataba de un enfermo. Sigue igual”
Leyva –quien otrora llegó a decir que el hoy ministro del Interior, Armando Benedetti, era un “drogadicto”–, narró también que le correspondió nombrarlo como embajador en Venezuela y que lo citó en su apartamento para notificarle de su rol en el Gobierno, con todo y que Benedetti esperaba otra designación.
Incluso, detalló que en ese entonces pudo concluir que “estaba adicto a las drogas” y que el propio Benedetti le confesó que Miguel Bettin, Ph.D. en Psicología, ya “lo tenía al otro lado”.
“No quería aceptar la designación. Aspiraba a trabajar en una posición importante en Colombia. Quizá como un eventual ministro. Como si yo estuviera al tanto de sus problemas personales me manifestó que el doctor Miguel Bettín ya lo tenía al otro lado. Lo comentamos. Comprendí por todo lo que manifestaba que estaba adicto a las drogas. Bettín gran profesional de enorme reputación. De mi entrevista con Benedetti concluí que se trataba de un enfermo. Sigue igual, señor presidente”, manifestó.
Inclusive, el excanciller se refirió a la filtración de las conversaciones entre Sarabia y Benedetti que terminó en la salida de ambos del Gobierno y en las que el entonces embajador amenazaba con hablar sobre presuntas irregularidades en la financiación de la campaña Petro en 2022, advirtiendo que si se conocían sus declaraciones se irían presos todos.
“El enredo de las grabaciones de voz (Sarabia-Benedetti), dadas a conocer por la Revista Semana en junio de 2023, sigue manteniendo en vilo su Gobierno”, indicó.
En su momento, Benedetti dejó entrever que no le quisieron dar el puesto político que pedía porque también consumía cocaína. “Después de todo, ella (Laura Sarabia) me dice: “No, es que hay un problema de cocaína, no sé qué vaina”. Y yo le dije: “ah qué bien...”, señala Benedetti haciendo referencia a la vez que Laura Sarabia, jefe de Gabinete de Petro, le ofreció la Cancillería, pero luego le retiró la opción.
Benedetti recuerda que esa situación más que ofenderlo lo sorprendió porque insinuó que el presidente Petro también sería consumidor de cocaína, y así las cosas, él tampoco podría entonces tener un lugar en el Gobierno. “Yo le dije: ah, no, tu jefe no hace un culo, si fuera por eso, qué hace el man ahí”, resaltó el exembajador de Colombia en Venezuela.
4. “Lo tienen secuestrado”
El excanciller dedicó un apartado de su misiva para pedirle al presidente que “desvincule a quienes han abusado de usted” y que se han aprovechado de “su complejísima situación” para continuar haciéndole un “terrible daño”.
Sin guardarse nada, Leyva habló con nombre propio: “Tan evidentes son que están en boca y mentes de cientos de miles de compatriotas: El Presidente de Ecopetrol (Ricardo Roa), Benedetti y la señora Sarabia. Dicese de ellos que lo tienen secuestrado”.
5. “No nos pudimos sentar en ningún momento para trazar la política exterior del Estado”
Leyva arrancó su carta expresando malestar y detallando las dificultades para que Petro lo escuchara alrededor de “preocupaciones” que, según el excanciller, han afectado a Petro “y lo siguen afectando en lo personal, como jefe de Estado y consecuencialmente al país todo”.
Si bien se reconoció como “un funcionario de altísimo nivel” que supuestamente era cercano a Petro, Leyva reclamó que “nunca fue fácil aproximarlo” y por ello, justificó sus frecuentes mensajes en la red social X en los que cuestiona el manejo del Estado y lanza pullas a funcionarios del Gobierno.
En esa línea, aunque sostuvo que asumió la Cancillería “con ánimo desprevenido”, reveló su sorpresa porque no se pudieron sentar “en ningún momento” para trazar la política exterior del Estado. “Asumí la Cancillería con ánimo desprevenido, con deseos sí de lucirme buscando que usted alcanzara ser un líder continental y una esperanza mundial”.
6. “Usted no ha logrado escapar de la personalísima trampa que lo destruye siempre más”
Al advertir que el presidente Petro “sigue siendo víctima” de cuestionados funcionarios como Laura Sarabia o Armando Benedetti, el excanciller afirmó que el presidente Gustavo Petro “no ha logrado escapar de la personalísima trampa que lo destruye siempre más”.
Al calificar dicha situación como “grave”, Leyva señaló que le guarda estima al jefe de Estado y que la carta tiene como objeto llamar “la atención de manera comedida, pero franca, sobre asuntos de difícil aproximación por conllevar aspectos de carácter personal”.
“Créame que lo hago sin ánimo pendenciero alguno; con sugerencia y propuesta incluida. Ello sin ser enigmático o críptico. Trazos que algunos lectores encontraron en mis últimos escritos. Lo que le expongo presidente, lo hago sin patetismo ni aspaviento”, indicó.
7. “Ha caído usted en muy frecuentes tiempos de soledad, ansiedad, depresión”
Álvaro Leyva cuenta además que cuando fue nombrado canciller “no conocía” antecedentes personales de Petro. Narra que sabía de su “aspectos propios” de su carrera como político y su vinculación a la guerrilla del M-19. “con el M nunca me crucé con usted. No pertenecía usted a sus primeras filas”, recordó, indicando que se conocieron en una cafetería del lobby del Hotel Tequendama. “Vestía usted un chaleco antibalas. Lo recuerdo claramente. Seguro usted también”.
No obstante, el excanciller da cuenta de las “desapariciones”, llegadas tarde, “inaceptables incumplimientos”, “viajes carentes de sentido”, “frases incoherentes” y cuestionadas compañías, así como “otros descuidos suyos” que se han registrado y se siguen registrando.
Por ello, alertó que el presidente “ha caído en muy frecuentes tiempos de soledad, ansiedad, depresión y otras manifestaciones de difícil superación, algunas de alto riesgo. Todo conocido por personas muy cercanas a usted que lo quieren, lo estiman, que se sienten vinculados en lo personal pero que no saben qué hacer. Conocen y conocen, pero su desconcierto por sentirse impotentes los apabulla”.
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8. “Sus últimas intervenciones públicas (...) constituyen un abuso del poder”
Leyva dedicó también un apartado de su carta para referirse a las últimas intervenciones del primer mandatario, indicando que están “desadornadas con amenazas innecesarias, calificando inadecuadamente a sus contradictores, a algunos de criminales sin serlo, incluso dejando entrever más de una vez que los considera una amenaza para la vida de muchos conciudadanos”.
Para el excanciller, esos señalamientos y acusaciones por parte del presidente “constituyen un abuso del poder que se deriva de la Jefatura del Estado”. Según Leyva, Petro no mide adecuadamente el alcance de sus palabras e incita con todo ello a la lucha de clases, “en representación de un inexistente M-19”.
“Como un provocador viene quedado usted”, dijo Leyva, quien hizo referencia a un editorial del diario El Espectador del pasado 23 de marzo en el que le recuerdan que “no todo se vale para intentar mostrar resultados de su Gobierno”.
“Tildar de ‘nazi’ a todo el que se le oponga y desafiar el equilibrio de poderes con sus sugerencias de corte autoritario no es el actuar de un presidente que respete la democracia. Que el hervor de la campaña, presidente, no eche por la borda su largo historial de respeto a las instituciones”, reseñó el editorial del diario capitalino.
Con todo, Leyva prefirió no hacer referencia a los mensajes de Petro en la red social X “que han sido objeto de crecido rechazo. Ni a otros temas que desdibujarían el sentido que pretendo darle a esta primera carta así en ella se consignen crudezas o aparentes asperezas en el trato”.
9. “Yo en ningún momento le fallé”
Leyva también le aseguró al jefe de Estado que “en ningún momento” le falló y que se la jugó “entero” por él y su causa. Por eso, sostuvo que Petro no puede hacerle un solo reclamo, aunque reconoció que hubo “discrepancias y hechos de fondo” que lo fueron alejando.
“Sin traición alguna de mi parte porque en mi formación y en mi carácter no cabe esa palabra. Es que soy hijo del destierro con toda mi familia; hermanas y hermanos incluidos, por no haberse prestado mi padre a una traición. Ejemplo enorme recibí”, manifestó.
No obstante, citando al filósofo español Antonio Millán-Puelles, Leyva explicó que en determinados momentos “se debe recurrir a una prudente ocultación de la verdad para no ofender; para evitar daños”. Sin embargo, reconoció que “si en ocasiones se afecta el bien común, es pertinente dejar de lado esa ‘prudente ocultación de la verdad’”.
10. “Su discurso de campaña me entusiasmó”
Finalmente, Leyva admitió que el discurso de campaña del hoy jefe de Estado lo entusiasmó: “igualdad, libertad, fraternidad, justicia social y paz integral con oportunidades para todos. Paz, mi obsesivo deber en la vida. Alcanzó usted a mencionar al Papa Francisco”.
En ese sentido, dijo que su compromiso en defensa de Petro lo llevó a ser “particularmente crudo, fuertisimo, con su vehemente contradictor, ingeniero Rodolfo Hernández”. No obstante, recordó que tras la posesión de Petro, el fallecido excandidato presidencial acudió a su despacho “de manera sorpresiva imbuido de espíritu reconciliatorio”.
Según Leyva, Hernández le dijo: “‘Vengo a darle un abrazo, porque a pesar de todo siempre he reconocido que usted es un verdadero hombre de paz; ya todo ha quedado atrás’. Sin duda el gesto me causó emoción”.